Miles de salvadoreños participaron en la apertura de las fiestas en honor al Divino Salvador del Mundo, el santo patrono del país centroamericano, que se inició con un colorido desfile con bandas musicales y personajes mitológicos que alegraron el ambiente.
Bajo el sol calcinante atenuado por una fresca brisa, el desfile presidido por el alcalde de la capital, San Salvador, Erneto Muyshondt, salió de la plaza que lleva el nombre del patrono, en el oeste, y cerró en el centro de la capital.
El edil declaró que San Salvador "le abre las puertas" a nacionales y turistas para vivir las fiestas agostinas "como se debe".
Miles de personas se agolparon a ambos lados de la alameda Roosevelt para observar las bandas musicales, las reinas en carrozas o coloridos personajes de fantasía, mientras el alcalde lanzaba caramelos desde un vehículo.
"Siento felicidad porque ando representando a la cultura salvadoreña", declaró Moisés Aragón, un joven de 18 años, disfrazado de el Cipitío, un personaje de la mitología local que se presenta con cara de niño, barrigón, un gigantesco sombrero y traje blanco.
Otros personajes mitológicos, como la Siguanaba, el Cadejo, los diablos rojo y negro, provocaron risas y gritos al asustar a los desprevenidos.
"Actuamos para no perder la tradición y para divertir a los presentes", comentó Carlos Merino, un joven de 17 años integrante del grupo Los Historiantes, de la vecina comunidad de San Antonio Abad.
Protección Civil de la ciudad puso a disposición a unos 35 mil efectivos de la policía, ejército y de organismos de socorro durante la semana de asueto en todo el país. Los salvadoreños aprovechan el feriado para apagar el calor en ríos, lagos o en las playas del Pacífico.
Unos de los actos religiosos caracterizados por su solemnidad está programado para el 5 de agosto, cuando se recrea el pasaje bíblico de la "transfiguración" frente a la Catedral de San Salvador.
dmr