Cuatro días en coma inducido por colapso pulmonar, una niña de 12 años fue llevada al hospital con problemas respiratorios a consecuencia del vapeo.
Sara Griffin, residente de Reino Unido, tenía asma y comenzó a vapear desde los nueve años y aunque su madre tratara de detenerla, nada funcionó.
La menor consumía un vaporizador de 4 mil inhaladas —cuando regularmente contienen 600— en solos un par de días, era lo primero que hacía por las mañanas y lo último al anochecer, además de dormir con el vaporizador en la almohada.
La enfermedad de Sarah y el hecho de que no era constante con su inhalador preventivo, complicaron la salud de la niña. En septiembre desarrolló una gripe y combinándolo con el vapeo, todo se complicó.
La menor comenzó a sentirse mal y fue trasladada a un hospital donde una radiografía de sus pulmones mostró que sólo uno funcionaba correctamente. Horas después fue puesta en coma inducido con la esperanza de que su salud mejorara.
Mary Griffin, madre de Sarah contó que el hecho fue un momento de desesperación, "no hay absolutamente ninguna palabra para describir cuándo piensas que tu hijo va a morir".
Tras cuatro días en el hospital, Sarah se recuperó gradualmente y ahora se encuentra recuperándose, pero con daños permanentes en los pulmones.
"Está haciendo ejercicios pulmonares y cosas que uno esperaría que hiciera una persona de 80 años, no alguien de 12", dice su madre.
"La gente te abre los ojos, porque esto está sucediendo en todas partes, y posiblemente también a tu hijo. No importa lo que pienses, a la gente le gusta pensar que sus hijos no están haciendo estas cosas, pero la realidad es muy, muy diferente".
Mientras que la niña espera que su experiencia ayude a otras personas de su edad a conocer los riesgos que lleva el vapeo, "porque una vez que empiezas a hacerlo, no lo dejas".
"Solo te detienes cuando básicamente tienes que hacerlo, cuando se trata de una situación de vida o muerte".
LG