El líder del principal sindicato francés condicionó este lunes la aceptación de la mano tendida de la primera ministra, Élisabeth Borne, a que deje de lado su impopular reforma de las pensiones, en pleno conflicto social.
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"Si la mano tendida es rediscutir el trabajo y las pensiones, y dejar de lado de momento la reforma (...) Si estos dos temas están sobre la mesa, discutiremos", aseguró Laurent Berger, del sindicato reformista CFDT, en la cadena France 2.
En una entrevista con AFP, Borne dijo el domingo estar "a disposición" de los sindicatos para "calmar las cosas", dos días antes de una nueva jornada de huelga nacional y de protestas a llamado de las organizaciones sindicales.
Las autoridades esperan "de 650 mil a 900 mil" manifestantes el martes, según una fuente policial. El ministerio del Interior estimó que más un millón de personas protestaron el pasado jueves (3.5 millones, para el sindicato CGT).
Durante una reunión de crisis este lunes con Borne, miembros del gobierno y dirigentes del oficialismo, el presidente francés, Emmanuel Macron, abogó por "continuar tendiendo la mano", según uno de los participantes.
Francia se halla sumida desde enero en un fuerte conflicto social que se agravó el 16 de marzo, cuando el mandatario liberal decidió adoptar por decreto el retraso de la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030.
Desde su adopción definitiva cuatro días después, el gobierno intenta avanzar en otros asuntos, cerrando el capítulo de esta reforma, si bien las manifestaciones, cada vez más duras, continúan.
Muestra del malestar reinante, el museo del Louvre, el más visitado del mundo, no pudo abrir sus puertas este lunes. Sus trabajadores y empleados de otros sitios culturales bloquearon su apertura.
Aunque el gobierno busca cómo apaciguar la situación y trazar una hoja de ruta sobre sus próximos proyectos, se muestra inflexible ante el rechazo popular. "La ley de las pensiones quedó atrás", reiteró su portavoz, Olivier Véran.
Esta reforma, clave para el segundo mandato de Macron hasta 2027, enfrenta los recursos presentados por la oposición ante el Consejo Constitucional, que debe fallar ahora sobre su validez antes que el presidente francés pueda promulgarla
Las protestas obligaron a anular la visita del rey británico Carlos III prevista esta semana. En su lugar, Macron mantuvo este lunes una reunión de crisis con Borne, varios ministros y aliados de su gobierno, dijo la presidencia.
Las acciones de protestas continúan: liceos y universidades bloqueados, un paro en depósitos y refinerías que provoca la falta de combustible en un 15 por ciento de gasolineras o más de 7 mil toneladas de basura acumuladas en las calles de París, entre otras.
El martes, alrededor de un 30 por ciento de los maestros de primaria harán de nuevo huelga, según el sindicato SNUipp-FSU. Y el transporte público de París y el servicio de trenes deberían registrar de nuevo anulaciones.