Jebi, el tifón más potente que azota Japón en 25 años, dejó 11 muertos y una senda de destrucción. Derribó grúas enormes, tumbó autos y dañó templos históricos a su paso por la principal isla japonesa.
Uno de los aeropuertos más transitados de Japón seguirá cerrado de forma indefinida un día después de que el tifón inundó una de sus pistas.
El vórtice del meteoro tocó tierra el martes con vientos sostenidos de 160 kilómetros por hora y dejó una senda de destrucción dentro y alrededor de Osaka y en ciudades próximas, que fueron las más afectadas por la tormenta.
Un barco comercial de gran tamaño se estrelló contra un malecón y sus contenedores quedaron flotando en el mar. En Kioto, antigua capital imperial y popular destino turístico, el tifón derribó templos de madera así como sus altas puertas naranja de entrada. En Nara, otro lugar histórico, varios árboles cayeron sobre un santuario.
El primer ministro Shinzo Abe prometió "los máximos esfuerzos para tratar la situación y reparar las infraestructuras".
La región de Osaka ha sido la más afectada con numerosos edificios dañados, postes eléctricos rotos, árboles arrancados y tejados destrozados, como en la estación de Kyoto. Según la agencia de prensa Jiji, cinco de los fallecidos se hallaban en esa zona.
JOS