Texas ofrece 500 hectáreas para centro de detención de migrantes que planea Trump

El gobierno local del estado ofreció el terreno que actualmente se utiliza para cultivo de alimentos.

El territorio está en el condado Starr, por donde pasa el río Bravo. | Especial
Texas /

Texas ofreció más de 500 hectáreas de terreno cerca a la frontera con México para que el gobierno del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, lo utilice como un gran centro de detención de migrantes indocumentados para su plan de deportaciones masivas.

En una carta, la Oficina General de Tierras de Texas indicó que está "completamente preparada" para llegar a un acuerdo con el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) para permitir que se construyan instalaciones para "procesar, detener y coordinar" las deportaciones en un terreno de 567 hectáreas en el condado de Starr, al sur de Texas.

El lote, atravesado por el río Bravo, frontera natural entre Estados Unidos y México, fue adquirido por Texas a finales de octubre con el objetivo de "reforzar la seguridad fronteriza y construir" más kilómetros de muro, según un comunicado anunciando la compra.

El terreno se usa actualmente como una granja de cultivos de productos como cebollas, canola, girasoles, grano, maíz, algodón y soja y la Oficina de Tierras de Texas no aclaró qué sucederá con esta producción cuando sea cedido al Gobierno federal.

Los funcionarios de la futura Administración de Trump ya están considerando distintas ubicaciones y contactando a empresas privadas de la industria de las prisiones para ampliar la capacidad de detención de migrantes que tiene el gobierno, según informó el medio estadunidense NBC News.

Trump prometió llevar a cabo la mayor "deportación masiva" en la historia de Estados Unidos, yendo detrás de los más de 11 millones de migrantes sin estatus legal que viven en el país, en muchos casos desde hace décadas.

Texas, el hogar de SpaceX

Este martes fue una jornada importante para SpaceX y su proyecto Starship, el mayor cohete espacial jamás construido, que logró finalizar con éxito su sexta prueba, aunque todas las miradas estuvieron también puestas en el público que la presenció: el magnate Elon Musk y el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.

Primero estuvieron en la sala de control y luego lo vieron desde el exterior de Starbase, la base ubicada en Boca Chica, Texas, cerca a la frontera con México.

Protegiéndose del sol con una gorra roja con el tradicional eslógan 'Make América Great Again' (Haz América grande de nuevo), Trump divisó el viaje del cohete más grande construido hasta la fecha, que aterrizó sobre el océano índico sobre las 17:00 hora local, una hora después de su lanzamiento.

Así fue el lanzamiento:

El Starship aterrizó intacto, a pesar de haber perdido parte del material protector que recubría al cohete durante el descenso.

Tras el lanzamiento, Musk, dueño de SpaceX, se acercó al futuro presidente a explicarle, mirando al cielo, algunos de los detalles de la prueba.

"Me dirijo al Gran Estado de Texas para ver el lanzamiento del objeto más grande jamás lanzado, no solo al espacio, sino simplemente despegando del suelo. ¡Buena suerte a Elon Musk y a los Grandes Patriotas involucrados en este increíble proyecto!", apuntaba unas horas antes el ex presidente republicano.

SNGZ

  • Agencia EFE
  • Agencia de noticias con 84 años de trayectoria

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