Donald Trump llevará este miércoles su campaña a los suburbios de Nueva York, más precisamente a Uniondale, en Long Island, una zona que podría ser clave para que su partido mantenga la mayoría en la Cámara de Representantes.
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Su partido está tratando de proteger a 18 legisladores republicanos en distritos mayormente demócratas que el presidente Joe Biden se llevó en 2020, sobre todo en las costas de Nueva York y California, y va a la ofensiva para desafiar a los demócratas en otros sitios.
Long Island tiene una de las contiendas más vigiladas, entre el representante republicano de primer mandato Anthony D’Esposito y la demócrata Laura Gillen.
D’Esposito es un ex detective de la Policía de Nueva York que ganó en 2022 en un distrito que Biden conquistó por unos 15 puntos porcentuales en 2020.
Trump publicó el martes en su red social Truth Social que el Partido Republicano “tiene una oportunidad real de ganar” Nueva York “por primera vez en muchas décadas”.
En esa misma publicación, Trump sugirió que eliminará un límite a las deducciones fiscales locales y estatales que formaron parte de un proyecto de ley de recorte de impuestos que promulgó en 2017.
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El llamado límite SALT ha conducido a facturas de impuestos más grandes para muchos residentes de Nueva York, Nueva Jersey, California y otros estados con elevados costos e impuestos, y es un importante tema de campaña en esas entidades, sobre todo entre los republicanos neoyorquinos que sirven en los distritos que Biden ganó.
En el lado demócrata de la campaña presidencial, la vicepresidenta Kamala Harris tiene previsto hablar en la Conferencia Anual número 47 de Liderazgo de Caucus Hispano del Congreso en Washington el miércoles, y tiene viajes previstos para esta semana a Michigan y Wisconsin.
aag