En Truth Social (SocialVerdad), la imitación de Twitter creada por Donald Trump, los usuarios no “trinan” (tweet) como pájaros sino que “verdadean” (truth) como, supuestamente, hace Trump. La nueva red social no ha cumplido un año de existencia pero en la elecciones legislativas estadunidenses de hoy enfrenta su primera prueba de fuego, en rumbo a cumplir su gran objetivo de ayudar a volver a colocar a Trump en la Casa Blanca en 2024.
Al ir acercándose el día de los comicios, el trumpismo se ha explayado al máximo en su pequeño universo cerrado. Todas las teorías de la conspiración que son favoritas entre sus simpatizantes han ganado estridencia: el complot liberal-comunista para conquistar el mundo, la red pedófila del Partido Demócrata, el fraude electoral que impidió la victoria de Trump, el que está en marcha para evitar que los republicanos ganen estas elecciones, e incluso la del Blueanon, una supuesta versión demócrata (azul) de la secta conspiranoica derechista Qanon.
A pesar de que, por todo el envidiable crecimiento que alcanzó Truth Social en sólo unos meses, sigue siendo un competidor muy débil para Twitter o las demás grandes plataformas; de que Trump tenga un número de seguidores que no logra hacerle sombra al que llegó a tener en sus mejor tiempos en la red del pajarito azul; y de que la propia continuidad de su invención esté en entredicho por sus graves problemas financieros y legales.
Ejecutar demócratas
Después de que Twitter canceló su cuenta a principios de 2021, a raíz del intento de golpe de Estado que hicieron sus simpatizantes el 6 de enero de ese año y de que fue acusado de esparcir falsedades, Donald Trump anunció su propia versión de la red, Truth Social, que fue lanzada en febrero de 2022.
Fue presentada como una plataforma en la que republicanos, demócratas y cualquiera podrían conversar en un ambiente “libre de la censura” de las grandes empresas tecnológicas, con un “compromiso inquebrantable de promover el debate vigoroso”. Pero sólo se mudaron a ella celebridades del trumpismo y sus seguidores, como Marjorie Taylor Greene, una diputada de Georgia que es famosa por reivindicar las teorías de la conspiración de Qanon y que incluso ha sido señalada por apoyar la idea de “ejecutar” a líderes demócratas como Barack Obama, Hillary Clinton y Nancy Pelosi.
En las semanas anteriores, Greene ha estado “truthing” o “verdadeando” intensamente en la red de Trump, compartiendo ocurrencias poco meditadas y afirmaciones sin justificación ni fundamento. El 28 de octubre, por ejemplo, aseguró que “hay más teorías y teóricos de la conspiración demócratas en Twitter de los que Qanon jamás produjo. La mayoría tienen palomita azul (verificación de identidad), apoyan la guerra en Ucrania, tienen triple vacuna (contra covid) y trabajan en medios corporativos, Hollywood o el gobierno. Blueanon es peligroso”.
El día siguiente, centró sus acusaciones en “los comunistas empresariales (que) controlan lo que dicen sus empleados y sus clientes al sólo permitir el discurso demócrata y castigar, silenciar y cancelar el discurso republicano”. Pero, preconizó, “la gente está empezando a rechazar que la silencien y una nueva economía Patriota está empezando”.
Los observadores que discutieron este alegato comentaron que no estaba claro a qué se refería. Tal vez dijeron, Greene sólo quería complacer a sus seguidores, pues aunque, según Trump, Truth Social es una red donde cada quién dice lo que quiere, lo que más dicen es que no tienen dónde decir algo.
El dilema de Trump
No son sólo figuras conocidas las que hablan desde esa plataforma que, como también es característico de las demás, genera personajes anónimos con gran influencia. Por ejemplo, @Catturd2, que cuenta con 760 mil seguidores (en tanto que Rudy Giuliani, el abogado de Trump que se hizo famoso como el alcalde de Nueva York que enfrentó los atentados terroristas contra las Torres Gemelas, sólo tiene 89 mil) y ha asegurado cosas como que el reciente ataque que casi le cuesta la vida al esposo de Nancy Pelosi no fue político sino un crimen pasional homosexual. Uno de sus “truths”, en el que afirma que “todos y cada uno de los candidatos demócratas son unos locos psicópatas”, lleva más de seis mil “me gusta”.
Lo cual es todo un récord para TruthSocial. Pero además revela los alcances de esta red en comparación con aquella con la que pretende rivalizar: 760 mil seguidores o seis mil “me gusta” en un post son números decentes en Twitter, pero nada extraordinario.
Donald Trump hubiera querido vaciar Twitter al crear su alternativa, pero nada así ha ocurrido, como él mismo comprueba cada vez que ve su propia cuenta actual: tiene “sólo” 4.4 millones de seguidores. La que le canceló la compañía del pájaro azul contaba con 88 millones.
El expresidente se encuentra en un predicamente, de hecho. Al comprar Twitter, el multimillonario Elon Musk ha mostrado su disposición a reabrir su cuenta. Trump sin duda disfrutaría volver a utilizar un magnavoz tan potente. Pero a riesgo de sabotear TruthSocial.
Y la plataforma ya tiene suficientes problemas. La empresa que la posee, Trump Media and Technology Group, no ha encontrado forma de hacerla financieramente sustentable y contaba con una entrada de capital de mil 300 millones de dólares de Digital World Acquisition Group, una compañía que creó Trump precisamente para comprar medios digitales. Pero está justamente bajo una investigación iniciada por fiscales federales que podrían ponerla en liquidación en noviembre.
En un “truth” del 28 de octubre, Trump felicitó a Musk por su llegada a Twitter, que “está ahora en manos sanas y ya no será manejada por los lunáticos y maniáticos de la izquierda radical que verdaderamente odian nuestro país”. Sin embargo, “Twitter ahora tiene que trabajar duro para librarse de todos los bots y cuentas falsas que la han lastimado tanto. Será mucho más pequeña, pero mejor”.
Puede decrecer, pero a partir de los 238 millones de usuarios activos diarios que Twitter reportó en el segundo trimestre de 2022, por mucho que caiga se verá muy arriba, inmensamente lejos, desde la torre de marfil de Trump en Truth Social, que en septiembre registró apenas 1.7 millones de usuarios únicos.
LG