Las sirenas sonaron en Kiev poco después de la medianoche del miércoles, cuando Rusia lanzó un ataque con drones explosivos Shahed de fabricación iraní que dejó dos heridos y destruyó varias viviendas.
Se oyeron explosiones en varios puntos de la ciudad y restos de drones interceptados cayeron en cuatro distritos de la capital ucraniana, según el Ministerio ucraniano de Interior. Había edificios dañados y dos personas hospitalizadas por heridas de metralla. Las autoridades municipales habían indicado antes que los restos habían caído en cinco distritos.
La Fuerza Aérea ucraniana indicó que Rusia había empleado un total de 20 drones, la mayoría en la región de Kiev, y todos habían sido derribados. El ejército también interceptó dos misiles de crucero. El comunicado añadió que un misil balístico no había sido interceptado, pero no detallaba qué daños había causado el misil.
Equipos de emergencias apagaron un incendio en un edificio de 16 plantas y en otro no residencial, según el Ministerio del Interior. Los restos que caían también “dañaron la fachada” de un bloque de apartamentos de 25 pisos, señaló el Ministerio.
El gobierno regional de Khmelnytskyi, en el oeste de Ucrania, dijo que se había interceptado un misil de crucero allí sin que se reportaran víctimas. “Agradecemos el meticuloso trabajo de las fuerzas ucranianas de defensa antiaérea”, indicó el gobierno regional en Telegram.
Volodymyr Motus, de 22 años y residente en un edificio del este de Kiev afectado por restos de un dron, se movía con cuidado por un apartamento destruido, sus pasos acompañados por el sonido de los cristales rotos. Los muebles maltrechos estaban cubiertos por una gruesa capa de polvo.
“Estaba en mi apartamento y de pronto oí un boom, eso es todo. Entonces sonó la alarma y bajé al refugio”.
Algunas personas resultaron heridas, dijo, pero todas estaban con vida.
Los ataque rusos se han vuelto casi rutinarios en Ucrania tras casi 17 meses de guerra.
Rusia hizo docenas de ataques con drones y misiles en mayo, que golpearon Kiev casi cada noche y obligaron a los vecinos a pasar la noche en refugios. Los ataques han sido menos frecuentes durante el verano, aunque aún golpean diferentes lugares del país de forma impredecible.
“Debería explicarse que cada ‘alarma antiaérea’ en Ucrania es como jugar a la ruleta rusa (...) No se sabe el número de personas que podría verse afectado, y no está claro de qué parte de Ucrania llegarán malas noticias sobre el ataque de un dron o misil enemigo”, dijo en Telegram el jueves el responsable de derechos humanos en Ucrania, Dmytro Lubinets.
Un misil ruso de crucero golpeó hace poco un edificio de apartamentos en la ciudad occidental de Leópolis, donde diez personas murieron y docenas resultaron heridos. En las regiones sur y este del país, donde se producen intensos combates en el frente, la intensidad de los ataques de misiles se ha mantenido desde el inicio de la guerra.
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