Catherine Russell, directora ejecutiva de Unicef advirtió de consecuencias irreversibles ante el aumento de mujeres, niñas, adolescentes y embarazadas que sufren desnutrición aguda.
Desde 2020, la cantidad de mujeres que sufren desnutrición aguda
aumentó un 25% en los 12 paísesmás afectados por la crisis alimentaria, casi todos en África.
"Si la comunidad internacional no actúa urgentemente, esta crisis podría tener consecuencias duraderas en las generaciones futuras", advierte Catherine Russell.
El número de mujeres y jóvenes desnutridas ha pasado de 5.5 a 6.9 millones en "el epicentro de la crisis de desnutrición": Afganistán, Burkina Faso, Chad, Etiopía, Kenia, Malí, Níger, Nigeria, Somalia, Sudán, Sudán del Sur y Yemen, según la organización de la ONU.
En el sureste asiático y el África subsahariana, dos de cada tres jóvenes sufren peso inferior al recomendado para su edad, y 3 de cada cinco adolescentes padecen anemia.
La crisis se ha visto agravada por la guerra en Ucrania, la sequía, los conflictos y la inestabilidad, asegura Unicef en el informe "Desnutridas y olvidadas: Una crisis mundial de nutrición en adolescentes y mujeres", con motivo del Día Internacional de la Mujer que se celebra el 8 de marzo.
Según el informe, la crisis de desnutrición no se limita a estos países, más de mil millones de mujeres en el mundo están mal alimentadas, carecen de micronutrientes y sufren anemia en el mundo, con "consecuencias devastadoras" para sus vidas y su bienestar.
Además de debilitar las defensas inmunitarias, la desnutrición socava el desarrollo cognitivo y agrava las complicaciones durante el embarazo y el parto con el consecuente impacto "nefasto e irreversible" para la supervivencia, el crecimiento y el aprendizaje de sus hijos.
Entre otras cosas, la desnutrición es causa de más de 51 millones de menores de dos años que sufren un retraso de crecimiento.
Asimismo, más de la mitad desarrollan el retraso durante el embarazo y los primeros seis meses de la vida, cuando dependen exclusivamente de la leche materna.
Las mujeres y jóvenes procedentes de hogares más pobres tienen dos veces más de probabilidades de sufrir insuficiente peso que las de hogares más ricos.
aag