En el Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional, los investigadores trabajan para crear mutantes del parásito responsable de la amibiasis que sean incapaces de adherirse al intestino, a fin de obtener una vacuna de uso humano y animal contra dicho padecimiento.
Al cierre de 2017, la Secretaría de Salud registró 220,361 casos de amibiasis, además, se estima que entre 8 y 10% de la población ha tenido contacto con el parásito Entamoeba histolytica, causante de la enfermedad, señaló el Cinvestav en un comunicado.
Aunque existen fármacos para su tratamiento, la amibiasis genera daños secundarios, por lo que los científicos trabajan en generar amibas incapaces de adherirse al intestino para que no puedan dañarlo y sean expulsadas por el flujo intestinal con los movimientos peristálticos.
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“Identificamos un complejo formado por dos proteínas, una adhesina que le sirve a la amiba para pegarse a la célula blanco, y una proteasa parecida a la papaína, que se usa como ablandador de carne, con la que el parásito ablanda los tejidos y separa una célula de otra; como está adherida ya no tiene dificultad para ingerirla”, dijo Esther Orozco, responsable de la investigación.
Hasta el momento, ya se ha probado dicho complejo en animales de experimentación, y ha resultado eficiente para ofrecer protección contra la enfermedad. Se demostró que puede lograr una protección de hasta 85%.
No obstante, la investigadora señaló que, actualmente, en México no existen las condiciones para llevar dicho conocimiento hacia la vacuna comercial, porque se deberán hacer más pruebas para comprobar si las proteínas y los genes inyectados a los animales son inocuos a los humanos.
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