General Biochar Systems (GBS), empresa especializada en generación de biochar, un tipo de carbón que se obtiene de residuos de vegetales y biomasa, inauguró su primera planta en Irapuato, Guanajuato, en la que se invirtieron 60 millones de pesos.
Este es el primer proyecto en México de The Next 150, un fondo de inversión y operador de capital con enfoque climático, que recientemente recaudó 2 millones de dólares por parte de grupo Kemexon, empresa global de comercio y logística.
El carbono estable producido a partir de biomasa vegetal y animal se usa en la agricultura y construcción sostenible. La planta de Irapuato iniciará operaciones procesando rastrojo de maíz, principalmente como materia prima de su biochar.
En entrevista con MILENIO, Patrick Atanasaije Pineda, CEO en The Next 150, considera que con este tipo de proyectos promueven el desarrollo de bonos de carbono que pueden utilizar las empresas.
Los créditos de carbono son una manera en que las empresas pueden declarar una reducción de sus emisiones contaminantes cuando, por diversas razones, no tienen la posibilidad de reducirlas en sus procesos internos.
“Cuando las compañías no pueden comprometerse a lograr las reducciones, pueden comprarlas en otro lado, en otros proyectos” comentó Pineda.
¿Qué son los créditos de carbono?
Son una manera de colocar un valor a las reducciones de gases de efecto invernadero (GEI) o a la captura de Co2 y así volverlo un bien tangible, con el cual las compañías pueden comerciar.
“Las empresas grandes actualmente buscan reducir sus emisiones internamente, por ejemplo cambiando su demanda eléctrica, pero hay un límite en que las empresas pueden ejecutar estos proyectos y para esto existen los créditos” añadió.
Sobre la planta de Irapuato, promovido por la Secretaría del Medio Ambiente y Ordenamiento Territorial (Smaot), en coordinación con el gobierno de Guanajuato, beneficiará a los 23 mil agricultores del Distrito de Riego 011 del estado, los cuales suman más de 110 mil hectáreas cultivadas.
La generación de Biochar se realiza con tecnología de emisiones negativas adecuadas por GBS mediante un proceso de pirólisis. Este consiste en someter los residuos agrícolas a altas temperaturas, en ausencia de oxígeno, descomponiéndose sin reacción de combustión.
El producto final es un biocarbón, que al regresar a la tierra, le genera beneficios a los agricultores y suelos como: ahorro en agua de riego y reducción en uso de fertilizantes en hasta un 30 por ciento, además de un rendimiento sustancial en el crecimiento de los nuevos plantíos.
Tipos de bonos
Para los bonos hay dos tipos de mercados: uno es el voluntario, mismo que generó a nivel mundial 2 mil millones de dólares en 2022, en este las empresas compran las reducciones por interés propio.
Por otro lado está el regulado, para este las organizaciones están obligadas a disminuir sus emisiones a causa de normativas gubernamentales y es el más importante al generar 875 mil millones anuales.
En México tenemos los bonos llamados ASG que financian temas de compromiso social o apegados a la sustentabilidad y durante 2022 tuvieron un valor de 88 mil 730 millones de pesos, lo que equivale a 5 mil millones de dólares, aunque solo deben tener algún punto que se asemeje con la sustentabilidad y menos de la mitad participan en esto.
Pese a esto Pineda explicó que los mexicanos tienen una gran oportunidad en los carbon credits, pues en el país se está creando un sistema nacional-federal para controlar las emisiones de GEI.
“Esto deja una gran oportunidad para la región, pues los sectores obligados en reducir ya están buscando iniciativas ¿Que significa? Que para las empresas que aún no están obligadas en el futuro van a ser obligadas o pueden iniciar estos proyectos voluntariamente”, aclaró.
AMP