Ante el creciente parque vehicular en México, mismo que ya supera los 56.7 millones de unidades, el mercado de autolavados se está revalorando y alcanzaría un valor de mil millones de dólares anuales (alrededor de 16.8 mil millones de pesos) para 2029, de acuerdo con Actual Market Research.
Sin embargo, este servicio también conlleva un enorme gasto de agua, pues actualmente se consumen 2 mil 137 millones de pesos en este recurso que muchas veces se pierde por falta de tratamiento e informalidad que existe en el sector.
De acuerdo con un sondeo realizado por MILENIO en distintos autolavados en Ciudad de México y Estado de México (siendo esta segundo la entidad con más negocios de este tipo en el país) cada uno utiliza al mes 3 pipas de agua tratada de 8 mil litros cada una.
Esto quiere decir que, en una media, en México los 27 mil 947 establecimientos formales de autolavados consumen casi 671 millones de litros al mes; es decir, 8 mil 49 millones anuales. El Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) destacó que un metro cúbico de agua para uso industrial tiene un costo de 265.52 pesos.
De acuerdo con el estudio de Actual Market Research, el problema de esto radica que, en un escenario de escasez de agua en varias ciudades del país, la falta de tecnificación que tiene este sector y la elevada informalidad que se maneja, no hay una real recuperación del recurso, a pesar de que hay muchas regulaciones y normas que impone el gobierno federal por medio de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, y los municipios con leyes locales.
Destacó:
“El mercado se caracteriza por una gran cantidad de lavados de autos informales y no regulados. Estas operaciones a menudo carecen de métodos adecuados de eliminación de aguas residuales, contribuyendo a la contaminación ambiental. Además, la competencia en el mercado es feroz, con actores establecidos compitiendo por cuota de mercado junto con lavaderos de autos más pequeños e independientes. Este panorama competitivo ejerce presión sobre los márgenes y requiere una innovación continua en las ofertas de servicios y la adopción de tecnología”.
De acuerdo con información de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), solo 7 por ciento de los autolavados en el país cuenta con sistemas automatizados, el resto sigue siendo de operaciones manuales, incluso algunos siendo prácticamente un servicio artesanal. La firma de análisis destacó:
“Es necesario superar los desafíos de la escasez de agua, regular las operaciones informales y navegar en un entorno competitivo, mismo que será crucial para el desarrollo sostenible de la industria”.
Medidas de ahorro
Iván Peña, dueño del autolavado “El jefe”, implementa productos de limpieza biodegradables, que dejan menos residuos de jabón por lo cual el uso de agua para enjuagar los vehículos es menor.
Por otro lado añadió que a inicios de año implementaron el lavado en seco; sin embargo, este no ha logrado posicionarse entre clientes habituales. Iván Peña argumentó:
“Apenas hace cuatro meses empezamos a ofrecer el lavado en seco, justo para empezar a ahorrar agua en algunos servicios, pero es raro el cliente que lo pide, ya que la gran mayoría nos comenta que no queda igual de limpio o que los productos que ocupamos dañan su pintura”.
De igual forma, el personal del autolavado “Omega” tomaron acciones para optimizar el uso del recurso hídrico. Alejandro Peralta, dueño del negocio, destacó:
“Aquí a un lado tenemos una lavadora, que junta una buena cantidad de agua con detergente; ellos nos dan esa agua y nosotros la reutilizamos, y sí nos ayuda mucho, ya que diariamente lavamos entre 25 y 30 carros”.
Costo de pipas, otro reto
Iván Peña, del autolavado “El jefe”, comentó a MILENIO que sufre aumentos en los costos de las pipas, que pasaron de 950 pesos a inicios de año, a mil 200 actualmente. Apuntó:
“A finales de febrero, cuando empezaron más los temas de escasez de agua, fue cuando a nosotros nos elevaron el costo de la pipa. Al mes solicitamos 3 pipas de 8 mil litros y es de agua tratada, pero sí notamos el incremento”.
Comentó que, ante los problemas de escasez de agua que enfrenta la Ciudad de México, solicita el abasto con 2 días de anticipación, para que no se queden sin agua para operar sus negocios.
“Pedimos nuestras pipas con días de anticipación, porque ahora las personas que me la surten, la traen de donde se encuentran, luego me la traen de Tlalnepantla, Azcapotzalco o Miguel Hidalgo; ellos deben moverse. porque luego ya no consiguen”.
EDD