El Aeropuerto Internacional de Puebla (AIP) “Hermanos Serdán” logró consolidarse como el más importante de la red de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), la cual opera y administra 19 terminales en el país.
El aeropuerto de Puebla inició operaciones el 18 de noviembre de 1985; en 2001 estuvo a cargo de la Operadora Estatal de Aeropuertos; sin embargo, el 29 de noviembre de 2011, el gobierno del estado disolvió a dicho organismo y con ello, el 2 de diciembre de ese mismo año, Aeropuertos y Servicios Auxiliares retomó la administración, con una concesión por 50 años.
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Jesús Quintero Seoane, director general del aeropuerto de Puebla, comentó que este recinto ubicado en Huejotzingo, Tlaltenango y Juan C. Bonilla, destaca entre las terminales de ASA por la historia que lleva consigo al sumar 35 años de operaciones y crecimiento exponencial.
Este 2021, la terminal aérea se perfila para convertirse en un centro logístico multimodal para el sureste del país como parte de un proyecto que busca dar respuesta al movimiento de carga.
En entrevista para MILENIO Puebla, narró que el recinto surgió con la idea de ofrecer servicios de traslado de mercancías para empresas radicadas en el estado; con el paso del tiempo cambió su vocación al movimiento de pasajeros.
Inaugurado el 18 de noviembre de 1985, durante el gobierno de Guillermo Jiménez, llevaba el nombre de Aeropuerto Nacional de Puebla y reemplazó al Campo Aéreo Militar “Pablo L. Sidar”, que operaba en lo que ahora se conoce como Parque Ecológico, en la capital poblana.
El movimiento de pasajeros inició con la ruta Hermosillo-Puebla que ofrecía Mexicana de Aviación; de ahí, mantuvo vuelos nacionales durante casi una década con otras aerolíneas como Saro y Pal a los destinos de Monterrey y Acapulco.
El 23 de enero de 1996, por un decreto del presidente Ernesto Zedillo, fue declarado aeropuerto internacional y forma parte del sistema metropolitano de aeropuertos.
Quintero Seoane destacó que la terminal aérea resulta estratégica, ya que permite desahogar la saturación de aeropuertos como los de Toluca y Ciudad de México, además de conectar a usuarios tanto de negocios, turismo convencional, migrantes que viajan a destinos nacionales y al extranjero. La creciente demanda de pasajeros obligó al Consejo de Administración y autoridades en turno a aumentar la capacidad de aeropuerto en la última década, tanto de las plataformas como de infraestructura con la construcción entre 2009 y 2010 de un edificio terminal de pasajeros.
Quintero narró que este recinto ha pasado por momentos medulares, tanto en su administración, la salida de diferentes aerolíneas, el aterrizaje de las aeronaves más grandes del mundo hasta la actividad volcánica del Popocatépetl.
La situación de emergencia por covid-19 rompió con la actividad y el tráfico récord de usuarios que el aeropuerto logró en 2019 al movilizar 783 mil pasajeros, mientras que en 2020 se perfilaba para llegar a un tráfico récord de 800 mil personas.
“Cuando ASA retomó la operación del aeropuerto lo toma con 215 mil pasajeros y a partir de ahí, viene una etapa de crecimiento constante, hasta que nos vemos rebasados por la pandemia de covid-19, en 2019, el aeropuerto cerró con un movimiento de 783 mil pasajeros, es decir, en ocho años hubo un crecimiento exponencial para cualquier aeropuerto, estás hablando de casi 300 por ciento. Lamentablemente ese crecimiento se ve interrumpido en 2020, ya que la proyección era de rebasar ya los 800 mil pasajeros”.
Rutas que van …y vienen
La terminal ha experimentado el paso de diferentes rutas desde MexicanaLink con vuelos a Las Vegas, Nueva York, que dejaron de operar en 2010. Copa Airlines ofreció entre 2015 a 2016 el vuelo Puebla-Panamá, el cual se canceló por baja demanda de pasajeros.
De 2012 a 2016, la aerolínea American Airlines operó el vuelo Puebla-Dallas y pese a que el factor de ocupación rebasaba el 70 por ciento, la firma decidió retirarse.
El director del AIP destacó que la meta siempre es aumentar la conectividad y buscar nuevos destinos, sin embargo, la pandemia detuvo diferentes proyectos, en tanto que las aerolíneas decidieron ajustar rutas. Aeromar retiró hace tres meses el vuelo Puebla-Guadalajara, mientras que Aeroméxico canceló el destino a Monterrey; por VivaAerobus salieron los destinos Puerto Vallarta y Tuxtla Gutiérrez, que conectaban con el sureste, pero existe interés de reiniciarlos.
La conectividad internacional permanece con el vuelo de Puebla-Houston a través de United, aunque la ruta estuvo suspendida siete meses debido al cierre de fronteras y medidas de confinamiento social.
Amplios servicios
El AIP tiene la capacidad de atender a más de un millón de pasajeros por año, al estar considerado por su infraestructura como una de las más grandes terminales de ASA y sumar una superficie de 518 hectáreas.
El aeropuerto cuenta con pista de tres mil 600 metros, dos áreas de rodaje, una plataforma de aviación general con seis posiciones, 45 hangares, planta de combustibles, estación de bomberos, planta de tratamiento de aguas residuales, negocios comerciales, entre restaurantes, aéreas de espera, arrendadoras de autos, casa de cambio, tienda libre de impuestos y servicios de transportación terrestre.
“Es el aeropuerto número uno de la red ASA conformada por 18 y tiene otros dos aeropuertos en sociedad que es el de Cuernavaca y Tuxtla Gutiérrez, en conectividad, movimiento de pasajeros, carga y operaciones. Tiene capacidad para ampliarse, crecimiento físico operacional y de infraestructura”.
El recinto cuenta con un área de procesamiento comercial de carga, una de las más funcionales de la red ASA principalmente para la recepción de material destinado a la industria automotriz y alimentos.
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