Amamos repartir felicidad por medio de alocados calcetines: Mark y John Cronin

Entrevista

Los dueños de John’s Crazy Socks, con base en NY e ingresos por 4 mdd, entregan personalmente sus productos a domicilio, estrategia que ven como un “punto sobre Amazon”.

Padre e hijo asistieron al festival de emprendimiento #INCmty2018, organizado por el Tecnológico de Monterrey. (Especial)
Frida Lara
Monterrey /

John y Mark Cronin son una mancuerna de padre-hijo fundadora de la empresa neoyorquina John’s Crazy Socks, que nació hace dos años y se dedica a la venta de calcetines en línea pero, la verdad sea dicha, ambos ofrecen mucho más que una prenda. Basta con observar su convivencia y la luz en sus ojos para entender los verdaderos productos que irradian: felicidad y esperanza.

Esta firma se enfoca en la venta de calcetines, manufacturados y diseñados en su mayoría por su fundador, John, quien padece síndrome de Down. En 2017 la empresa tuvo ingresos por más de 4 millones de dólares y de 2016 a la fecha ha destinado un monto aproximado de 130 mil dólares para causas benéficas, así como 5 por ciento de sus ingresos totales para las Olimpiadas Especiales.

¿Por qué decidieron hacer una empresa dedicada a calcetines?

Mark: John estaba por terminar sus estudios y su plan era hacer algo creativo y divertido, así que nuestra primera opción fue la de poner un camión de comida. Empezamos a hacer nuestros planes de cocina cuando John me dijo: “Papá, no sabemos cocinar”. Idea descartada.

John: Yo fui el que sugerí que fueran calcetines, después de todo siempre he vestido calcetines alocados por ser coloridos y creativos. Me han permitido ser yo mismo y por supuesto que quiero que más gente sienta lo mismo.

Si no existiera la empresa, ¿a qué se dedicarían?

Mark: Seguramente estaría apoyando a John en cualquier otro proyecto, es un empresario nato, tan natural como ver nadar a un pez.

John: No tengo idea, no hay nada que no me guste de mi trabajo, solo soy yo. Por cierto, papá, ¿por qué estás hablando de peces?

¿Cómo es un día cotidiano en la vida de John?

John: Me despierto temprano y hacemos una junta en equipo, después escribo notas de agradecimiento a quienes nos compran calcetines mientras empaqueto y pongo un dulce en cada pedido. Luego, me dedico a entregar los pedidos a domicilio –los que están dentro de Nueva York, donde está nuestro hogar–, siempre me ha gustado ver la reacción de nuestros clientes. Jeff Bezos (director de Amazon y uno de los cinco hombres más ricos del mundo) no hace eso, ¿o sí? ¡Punto para nosotros! También hago videos de agradecimiento a quienes nos escriben por nuestra página.

¿De dónde sale la inspiración para los diseños? ¿Cuál es el modelo favorito?

John: Es como magia, solo dibujo lo que me gusta, lo que veo, lo que soy, adonde he ido. Mi modelo favorito fue el que creé para conmemorar el Día Mundial del Síndrome de Down, porque son personas vestidas de superhéroes y son azules, mi color favorito.

¿Cómo proyectan John’s Crazy Socks en un par de años?

Mark: Esperamos que la empresa siga creciendo como lo ha hecho hasta ahora, al cierre de este año esperamos ventas por 5 millones de dólares. Vamos a seguir donando una parte importante de nuestras ganancias a la beneficencia, como lo hemos hecho hasta ahora (destinadas a asociaciones locales neoyorquinas de apoyo al síndrome de Down y autismo). Al final, no es la búsqueda de la felicidad, sino del significado. Mírenos, somos solo un anciano y un joven vendiendo calcetines, tenemos mucho más de lo que esperamos.

John: Hicimos la promesa de admirar a personas diferentes, yo soy uno de ellos. Soy muy afortunado, amo lo que hago, con quien trabajo. Solo quiero seguir llevando alegría a través de mis calcetines.

¿Libro o serie favorita?

John: Últimamente me ha gustado mucho la serie de misterio Pretty Little Liars. Me gusta su elenco y a veces opto por un poco de drama.

Mark, ¿cuáles son sus palabras para aquellos padres que esperan un bebé con síndrome de Down y sienten miedo?

Mark: A John lo criamos exactamente igual que a nuestros otros dos hijos, nunca lo limitamos ni esperamos que pudiera hacer menos que sus hermanos. No hay palabras que pueda decirles, pero sí acciones que enseñarles. El síndrome de Down solo hace a nuestros hijos diferentes. Es como mi hijo mayor, que mide casi 2 metros, es diferente. O mi otro hijo, que sufre problemas de ansiedad. Todos son diferentes a su modo, la diferencia de John es solo un cromosoma extra. Sin embargo, a todos nos ha enseñado que nada es imposible. ¿Está bien que diga estas cosas sobre ti, John?

John: Sí, papá, de hecho también tengo algo bueno que decir sobre ti y eso es lo mucho que te amo y adoro trabajar contigo. Amo poder repartir felicidad a través de mis alocados calcetines.

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