Para 2020 las necesidades de financiamiento del sector público alcanzarán 3 billones 2 mil 700 millones de pesos; al gobierno federal corresponden un billón 909 mil 100 millones, a Pemex y CFE 233 mil 600 millones, a la banca de desarrollo 583 mil millones y a Fonacot, Fira e IPAB 277 mil millones; 77 por ciento de los recursos, equivalentes a 2 billones 314 mil 400 millones, serán para amortizar deuda y el resto para cubrir el déficit público, señaló la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
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En el Plan Anual de Financiamiento 2020 que reúne los principales elementos de la Política de Deuda Pública del gobierno federal y de las entidades que son emisoras recurrentes del sector público (Pemex, CFE, banca de desarrollo, Fira, Fonacot e IPAB) anunció que se analiza implementar un “cambio en el diseño fiscal” para fortalecer la “certidumbre sobre la viabilidad de las finanzas públicas en los siguientes años”, y que el déficit público se cubrirá principalmente con deuda interna a largo plazo y tasa fija para que al cierre de año represente 78.7 por ciento de la deuda bruta del gobierno federal.
El nuevo diseño fiscal implicará establecer un tope a la deuda bruta máxima del sector no financiero, techos de endeudamiento anuales, trayectoria de largo plazo del gasto del gobierno federal según la capacidad potencial de crecimiento de la economía, un fondo de estabilización de ingresos contracíclico y la creación de un consejo técnico asesor independiente.
De acuerdo con el documento en poder de MILENIO, se estima que las necesidades de financiamiento del sector público representarán 11.8 por ciento del PIB para 2020, menor en 0.7 puntos porcentuales respecto a 2019; el gobierno federal buscará mantener un portafolio de pasivos con bajo riesgo de refinanciamiento, de tasa de interés y de cambio, mientras Pemex y CFE deberán fortalecer su portafolio de pasivos y mitigar sus riesgos.
La SHCP buscará mantener un portafolio de pasivos sólido para “disminuir el impacto de los choques externos sobre las finanzas públicas, con el objetivo de que episodios de volatilidad en los mercados tengan un efecto acotado sobre el costo financiero de la deuda”. El supuesto macroeconómico que utilizó prevé un crecimiento anual promedio de 2.1 por ciento y una inflación de 3 por ciento para 2020-2024.
Explicó que “la medida de deuda representada por el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público es una medida de deuda neta. La deuda bruta se define como los pasivos que exigen pagos de intereses en una o más fechas determinadas a futuro; en tanto que, la neta es la deuda bruta menos los activos financieros. Dentro del cambio fiscal señalado, se contempla una medida de deuda bruta para aislar el efecto de los activos financieros”.
SOSTENIBILIDAD FISCAL
El plan de financiamiento destacó que la solidez de las finanzas públicas es una de las fortalezas de la economía mexicana y que para mantenerla se requiere consolidar la disciplina presupuestaria y mejorar el marco de la sostenibilidad fiscal. “Las reglas fiscales han sido concebidas para incrementar su credibilidad al establecer el compromiso de un comportamiento predecible, a través de objetivos cuantitativos explícitos para mostrar el apego a la disciplina fiscal y asegurar su sostenibilidad”.
Adicionalmente, apuntó, “es deseable que la política fiscal se vea poco afectada por el ciclo económico y que pueda ejercer un rol contracíclico. Ello es posible cuando el gobierno genera ahorros fiscales en momentos de crecimiento y desahorros fiscales en tiempos de baja actividad económica, con el objetivo de estabilizar las finanzas públicas durante el ciclo económico y que estas actúen como un estabilizador. Este tipo de política fiscal contracíclica es deseable para un país como México, donde el tamaño de los estabilizadores fiscales es pequeño”.
Destacó que a pesar de que en los “últimos años México se ha beneficiado de la prudencia fiscal para mantener la estabilidad macroeconómica, la actual regla fiscal ha generado efectos procíclicos de la política fiscal, ha permitido aumentos de la deuda pública como porcentaje del PIB y procesos de consolidación fiscal costosos para reducir su nivel. Resulta fundamental para esta administración promover un cambio en el diseño fiscal, con el cual se fortalezca la certidumbre sobre la viabilidad de las finanzas públicas en los siguientes años”.
PEMEX Y CFE
La SHCP comentó que para 2020 las necesidades de financiamiento de las empresas productivas del estado representan un monto de 233 mil 600 millones de pesos, de los cuales 62 mil 600 millones corresponden a su déficit y 171 mil millones para amortizaciones de deuda.
En el caso de Pemex, el monto de necesidades es de 199 mil 300 millones de pesos de los que se utilizarán para amortizaciones 136 mil 700 millones; para CFE las necesidades para 2020 son de 34 mil 300 millones y todo se utilizará para amortizaciones.
En el documento se explicó que la política de financiamiento de Pemex “será flexible para apoyar la estrategia de negocio de la empresa, buscando un balance prudente de riesgo y costo con el propósito de mantener un adecuado balance en las finanzas de la organización. La meta es continuar acotando el endeudamiento al monto de las amortizaciones, lo que representará un endeudamiento neto cero en términos reales, en línea con los objetivos estratégicos del Plan de Negocios de Pemex”.
En el mercado local, la línea estratégica de la política de endeudamiento de la petrolera se enfocará a incrementar la liquidez de las operaciones y proporcionar profundidad en el mercado. “Se contemplará la emisión de Certificados Bursátiles y, con el fin de ampliar la base de inversionistas y fortalecer la demanda, los instrumentos podrán ofrecerse y liquidarse a través de plataformas de custodia internacionales”.
En cuanto a la CFE, destacó que en 2019 solo dispuso de 4 mil 600 millones de pesos de 9 mil 800 millones autorizados de nuevos financiamientos (46.9 por ciento), y que se dará prioridad al financiamiento en pesos a través del mercado local de deuda. “En caso de no contar con las mejores condiciones en ese mercado de valores, se buscará complementar el financiamiento con la banca nacional y/o en mercados financieros internacionales, a través de las agencias de crédito a la exportación, instituciones bancarias internacionales y/o emisiones en los mercados de capitales”.
En el documento de 39 páginas se aseguró que la “política de deuda pública continuará con un manejo estricto y transparente de los pasivos públicos, con el objetivo de garantizar la sostenibilidad de la deuda en el largo plazo y de cubrir las necesidades de financiamiento del gobierno federal al menor costo posible —bajo un nivel de riesgo adecuado y un manejo de liquidez más eficiente—, dadas las características de las finanzas públicas del país”.
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PIDE IP EVOLUCIÓN ENERGÉTICA
En México se requiere de una evolución energética donde la sostenibilidad y sustentabilidad sean ejes estratégicos para crecer industrialmente y llevar al país al desarrollo en sus diferentes sectores, elevar su productividad y resultar atractivo para las inversiones extranjeras. El presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco Servytur), José Manuel López, afirmó que para continuar en la ruta trazada de desarrollo, se tiene que atender la exigencia de insumos energéticos básicos como gas natural y electricidad, que se requieren también para cubrir las necesidades de la sociedad.