El sector agrícola mexicano está siendo afectado por el conflicto armado entre Rusia y Ucrania por dos situaciones puntuales: la escasez y el incremento de los costos del maíz y el trigo; y el alza en el precio de los fertilizantes, un insumo básico en la producción agrícola nacional. Este segundo impacto, que perjudica directamente a los pequeños productores, se puede convertir en una oportunidad clave para evolucionar hacia una agricultura sostenible y ecológica.
Aristóteles Vaca Pérez, experto en agroindustria, explicó que los fertilizantes son un insumo indispensable para que los cultivos tengan un mayor rendimiento, por lo que deben utilizarse en el sector. Sin embargo, existen alternativas que también ofrecen a los suelos sustancias ricas en nutrientes, pero que reducen costos a los productores, así como la dependencia de las importaciones.
De acuerdo con estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés), los precios base de los fertilizantes a nivel global aumentarían hasta 13 por ciento por el conflicto armado, una situación que afecta directamente a México, ya que le compra a Rusia 30 por ciento de sus fertilizantes importados.
“Migrar hacia la agricultura sostenible es una alternativa que nace de la necesidad de desarrollar sistemas más acordes a las exigencias de la sociedad actual, que demanda una producción más amigable con el medio ambiente y que sea social y económicamente aceptable. Ésta se basa en innovación científica y tecnológica”, refirió Aristóteles Vaca Pérez.
El experto en agroindustria detalló que, a pesar de ser una opción viable para el sector mexicano, no es algo que pueda implementarse de la noche a la mañana porque se trata de incorporar materia prima que surge precisamente del mismo cultivo, algo que no sucede en el país.
Por ejemplo, cuando los agricultores producen maíz, cosechan absolutamente todo. No dejan nada de materia orgánica a la tierra, pues las hojas, la caña y hasta el forraje se aprovecha, ya sea como alimento para animales o para elaborar algunos otros productos. El dejar algo en el suelo es lo que permitiría reducir el uso de fertilizantes químicos.
“Otro de los temas es la implementación tecnología e innovación para migrar a una agricultura sostenible, lo cual se ha avanzado a pasos lentos porque no existe una estrategia por parte de las autoridades para impulsar el valor del sector. Esto ha hecho que la solución para los productores sea el fertilizante químico”, añadió Aristóteles Vaca Pérez.
Por ello, el incremento de costos en este insumo esencial como consecuencia de la guerra entre Rusia y Ucrania se ha convertido en un problema crítico para los pequeños productores nacionales, que son más del 60 por ciento de los agricultores del país.
Finalmente, Aristóteles Vaca Pérez, concluyó diciendo que esto se trata de un tema delicado: “Es necesario que el gobierno ayude a implementar mejoras tecnológicas para salir adelante con la menor dependencia de importaciones, pero asegurando la mejora de suelos y de cultivos”.
AMP