Pese a los continuos ajustes a la baja en las proyecciones de crecimiento para la economía mexicana, tanto de organismos internacionales como de agencias calificadoras y analistas, el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, considera que un nivel esperado de 4 por ciento al final del sexenio aún es posible, pues el proceso de desaceleración en el ámbito local obedece a un contexto externo, pero en el país se está viendo un repunte en el consumo y un punto a favor será la ratificación del acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
El Fondo Monetario Internacional (FMI) bajó sus proyecciones de crecimiento económico para México en 2024 de 2.7 a 2.4 por ciento, ¿nos vamos olvidando de la promesa de crecer 4 por ciento?
No, no, no. En las reuniones que ha habido en los últimos días, tanto en el FMI, como el Banco Mundial y diferentes entes, hay una preocupación por el crecimiento global, no solo por el de México. Kristalina (Georgieva), en su discurso inaugural como directora gerente del Fondo, inició con una frase que era muy reveladora, dijo que 90 por ciento de las economías en el mundo tiene un pronóstico menor al que tenían. Estamos viendo dos cosas que están pasando de manera paralela: por un lado, el proceso de desaceleración cíclico: eso no tiene que espantarnos, las economías suben y bajan a lo largo de una tendencia, pero encima de eso estamos viendo el efecto de tensiones comerciales. La parte cíclica de la economía se tiene que manejar, pero no se puede evitar, lo que sí se pudo haber evitado eran las tensiones comerciales, por eso estas reuniones son muy importantes, porque más allá de tratar de encontrar soluciones bilaterales, como pueden ser las del conflicto entre Estados Unidos y China, lo que se está buscando es llegar a acuerdos y consensos a un nivel más global. Por el otro lado, aún en un contexto internacional muy complicado, hay cosas que en México se están empezando a ver bien, pues hay un repunte del crecimiento en el consumo y en el índice de confianza del consumidor de los últimos tres meses, pero hay un elemento en que estamos muy ocupados porque nos dará una ventaja adicional: la ratificación del T-MEC; si no se ratifica pronto, de todos maneras tenemos un tratado, eso no es un problema, pero lo que el nuevo tratado añadirá son 16 años de certidumbre en un contexto donde hay poca confianza alrededor del mundo y eso permitirá que una importante número de las inversiones se alineará en torno a Norteamérica.
¿Si la antesala del crecimiento es la inversión y China y Alemania hicieron grandes proyectos de infraestructura para enfrentar la crisis de 2008, por qué no se hace esto en México?
Eso es justo lo que se llama políticas contra cíclicas, para que éstas pasen se necesita una de dos cosas: una, ser un país desarrollado que tiene la credibilidad para tener déficit, nosotros no tenemos ese espacio; en 2008, que fue cuando se iniciaron esas políticas, México tenía una deuda de alrededor de 28 por ciento del PIB, la deuda hacia 2016 era de 49 por ciento y este año va a estar alrededor de 45, ese espacio que se debe tener para reaccionar a estas políticas se lo acabaron en los últimos 19 años, lo que a nosotros nos toca es trabajar en unas condiciones que no permiten eso. Por otro lado, tampoco lo tenemos diseñado a nivel de política, esto no se debe de hacer de manera arbitraria, se tiene que hacer una política contra cíclica y es un poco más compleja de lo que parece y va a requerir una discusión con analistas, con el Congreso. Por eso sí hicimos una cosa muy explícita, en los Criterios Generales de Política Económica hay un pequeño capítulo dedicado a ello y queremos con eso detonar esa discusión, ir haciéndola a lo largo de este año y preparar los cambios legales que hay para mandarla en el Paquete Económico siguiente.
¿El menor crecimiento económico implicará ajustes al presupuesto de México?
No, el presupuesto que mandamos va con niveles de crecimiento estimado muy modestos, el crecimiento promedio de México desde 1993 para acá es de 2.4 por ciento, el punto medio del rango que nosotros enviamos es de 2.3,; es decir, estamos por debajo de la media mexicana.
Hay recomendaciones del FMI para México, una es reconsiderar el plan de negocios de Pemex...
Es un buen documento (el reporte de la Misión para México del FMI) para iniciar las conversaciones; es la primera vez que se hace público y fue así porque dimos la autorización. Se hace todos los años y el gobierno mexicano nunca había autorizado su difusión, pero nos parece que es un buen momento para iniciar una conversación transparente sobre estos temas. Lo que nos parece bien es tener esta conversación, hay parte de los temas asociados con Pemex que incluso estamos afinando las explicaciones; por ejemplo, ya hay 100 mil barriles más por año, estamos esperando una mayor producción en 2020, de los cuales, 60 mil barriles van a venir del sector privado, de los contratos que se firmaron en los últimos años. La operación que concluimos hace algunos días quita 18 mil millones de deuda que se le vencía a Pemex entra hoy y 2025, entonces da un espacio financiero mucho más profundo de lo que tenía hasta hace poco; y las últimas cifras de reservas indican que están aumentando, yo creo que Pemex está yendo en la dirección correcta pero tenemos que hacer un mejor trabajo en comunicarlo.
También propone gravar alimentos con IVA, ¿qué opina?
Hay un reporte previo del FMI que es aún más interesante, donde habla de la evasión en IVA y son porcentajes muy altos; entonces, probablemente lo que se necesita en IVA, siguiendo las propias sugerencias del Fondo, no es necesariamente aumentar la tasa, sino asegurarnos que no se está evadiendo. Por eso, muchas de las medidas que se están incorporadas en la miscelánea fiscal tienden a evitar la elusión, evasión y defraudación fiscal, en materia de IVA es donde está apuntando la ley de las empresas fantasma, la ley que va a apuntar a las factureras.