Ayuda de Créditos a la Palabra, corto respiro en la crisis

Aunque el plan sí auxilió, los beneficiarios piden acceso a mayores montos; urge un financiamiento ágil: Anpec

Matru, compañía familiar dedicada a la producción y comercialización de cacao, en Tabasco. Daniel Ramírez
Cristina Ochoa
Ciudad de México /

Sin alternativas para obtener apoyos financieros de la banca comercial, algunos microempresarios vieron en el programa federal Créditos a la Palabra la única alternativa para contener parte de sus gastos de operación ante la crisis por la pandemia, sin embargo, la propuesta ha resultado insuficiente, afirmaron representantes empresariales.

El programa, que recientemente cumplió un año de haberse implementado, consistió en otorgar un crédito por 25 mil pesos pagaderos en 33 meses, con una tasa de interés de 6 por ciento anual. 

Matru, una compañía familiar dedicada a la producción y comercialización de cacao y productos derivados de éste, ubicada en el Comalcalco, Tabasco, fue una de las microempresas que obtuvo un Crédito a la Palabra.

En entrevista con MILENIO, Javier Cabrales, integrante de la compañía familiar, recordó que “los 25 mil pesos solo sirvieron para pagar insumos y sacar algunos pedidos”.

“No es lo ideal pero tampoco es malo. Para conseguir un crédito para empresas que son familiares hay muy pocos apoyos a nivel privado; en financieras te piden avales hipotecarios, muchos intereses y tampoco sirve de nada endeudarse o poner en riesgo tu patrimonio para tener este tipo de ayudas”.

Además de los Créditos a la Palabra, trabajadores del hogar e independientes registrados ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) pudieron acceder a Créditos solidarios a la palabra, también por 25 mil pesos.

En total se pusieron a disposición 3 millones de créditos. Los programas emergentes del gobierno contaban con recursos conjuntos por cerca de 50 mil millones de pesos, según la Secretaría de Hacienda.

De acuerdo con la Asociación Latinoamericana de Micros, Pequeños y Medianos Empresarios (Alampyme) las pequeñas compañías, con cerca de 10 personas, requieren de entre 90 y 110 mil pesos al mes para el pago de nómina, es decir, hasta 4.4 veces el monto federal otorgado.

José Clemente, empresario tabasqueño dedicado a la fabricación de jabones a base de coco, consideró que el apoyo gubernamental fue “enormemente grande”, aunque reconoció que “obviamente no es suficiente, pero sí nos ha ayudado bastante. Mejoramos la herramienta, se pudo liquidar y comprar materia prima, que era la parte más fuerte y lo hemos estado aprovechando. No es suficiente para el tipo de proceso, pero nos ha ayudado”. 

Fue hace tres años que el oriundo de Tabasco inició el proyecto en el que trabaja con familias y proveedores locales que, dijo, han resultado también afectados por los estragos de la emergencia sanitaria y que ante la falta de opciones financieras, vieron en la propuesta una manera de mitigar parte del impacto.

Datos de la Secretaría de Economía revelan que de agosto a diciembre de 2020 se registró la entrega de 800 millones de pesos a los beneficiarios del programa. 

Cabrales, de Matru, señaló que están interesados en conseguir otro tipo de apoyos por parte del gobierno, aunque hizo un llamado para que se facilite el acceso a “créditos mayores, con los intereses que se manejan ahorita, que son muy bajos. Esperemos que den para poder no solo comprar los insumos, poder comprar una cocina de acero inoxidable, que falta mucho todavía”.

“Oxígeno”

En opinión de Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec), los apoyos otorgados por el gobierno no fueron exitosos y muestra de ello es que las dependencias involucradas “batallaron en colocar los créditos” porque no fueron del interés de gran parte de los pequeños comercios del país. 

“No es un tema de monto es de sistema, porque lo que estos negocios ocupan permanente y frecuentemente son bomberazos, tanques de oxígeno. (El crédito) tiene que ser revolvente, que como comerciante tengas a dónde recurrir. El problema es que muy seguido están atorados y se necesita un sistema de financiamiento ágil”, consideró. 

Rivera dijo que se ha hecho muy poco en el país para poder aliviar la recesión económica profunda provocada por el virus, por lo que la recuperación está siendo lenta.

“Hablamos de una reactivación desabrida porque aunque en muchas partes del país la gente se empieza a mover, pero si no tienen dinero no significa que empiece a reactivarse la actividad económica en el país”. 

El capítulo más reciente de estos apoyos es lo anunciado en febrero pasado por la Secretaría de Economía, que informó que para este año se destinarán 60 mil créditos a la palabra a tres rubros: mujeres o cabezas de familia, personas que no alcanzaron apoyos el año pasado e instituciones o empleadores que no despidieron trabajadores (apoyo solidario). 

El covid provocó el cierre de más de un millón de micro, pequeñas y medianas empresas. De acuerdo con el estudio sobre la Demografía de los Negocios (EDN) 2020, realizado por el Inegi, de las 4.9 millones de mipymes del país solo lograron sobrevivir a la pandemia 3.85 millones.


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