Durante el tercer trimestre del año, la cuenta corriente de la balanza de pagos tuvo un déficit de 5 mil 505 millones de dólares (mdd), esto representa 1.6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), superando a lo registrado por 0.2 puntos porcentuales en el mismo periodo en 2021.
“Este moderado incremento en el déficit anual de la cuenta corriente es debido, principalmente, a las ampliaciones en los déficits de la balanza comercial petrolera y de servicios distintos de viajes”, explicó el Banco de México (Banxico).
Sin embargo, dichas ampliaciones fueron contrarrestadas por mayores ingresos por remesas y viajes, así como un menor déficit en la balanza comercial no petrolera.
En un comunicado, Banxico detalló que el saldo negativo de la cuenta corriente de julio a septiembre, se derivó de la combinación de un déficit en la balanza de bienes y servicios por 16 mil 559 millones de dólares.
Además de un déficit en la balanza de ingreso primario por 4 mil 305 millones de dólares y de un superávit en la balanza de ingreso secundario por 15 mil 359 millones de dólares.
El ingreso primario es el rendimiento que perciben las unidades institucionales por su contribución al proceso de producción o por el suministro de activos financieros, mientras el secundario se refiere a las transferencias corrientes entre residentes y no residentes, como las remesas.
De la misma manera que el trimestre pasado, la economía mexicana continuó captando recursos a través de la cuenta financiera, esencialmente a través de los rubros de inversión directa y de otra inversión, por lo que la cuenta financiera registró un endeudamiento neto frente al resto del mundo.
En el contexto internacional, Banxico manifestó que la actividad económica mundial mostró variaciones entre países.
A pesar de que se registró una recuperación respecto al trimestre previo como consecuencia de la reapertura de la actividad económica en China, y de un repunte en el crecimiento de Estados Unidos, otras economías mostraron moderación en su ritmo de actividad.
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La evolución de la pandemia, mantuvo un entorno de elevada incertidumbre, debido al impacto que tiene en la actividad económica global y las cadenas de suministro.
Ante este contexto los mercados financieros internacionales presentaron episodios de mayor volatilidad y un apretamiento de las condiciones financieras reflejando preocupaciones asociadas con la persistencia de los altos niveles de inflación global, con la expectativa de un apretamiento monetario acelerado en los principales bancos centrales, acompañado de una desaceleración económica mundial y mayores tensiones geopolíticas.
MRA