El Banco Mundial mejoró sus perspectivas económicas para México, estima que en 2021 el producto interno bruto (PIB) crecerá 5.7 por ciento, por arriba de las previsiones hechas en junio pasado, de 5 por ciento; para 2022, las proyecciones se mantienen en 3 por ciento; y para 2023 pasaron de 2 a 2.2 por ciento.
De acuerdo con el informe semestral sobre el estado de la economía en América Latina y el Caribe “Reconstruyendo economías dinámicas pos-covid con restricciones presupuestarias”, entre los países con buenos resultados, se espera que Belice, Chile, República Dominicana, Panamá y Perú crezcan a tasas superiores a 9 por ciento.
En tanto, otras grandes economías de la región, como Argentina y Colombia, crecerán 7.5 y un 7.7 por ciento respectivamente, mientras que Brasil y México registrarán tasas de crecimiento superiores al 5 por ciento, pero inferiores a otros países de la región.
Manifestó que al sondear el exceso de mortalidad en los distintos países de la región, se observa que Perú, México, Bolivia y Ecuador han registrado picos de mortalidad que triplican el número de muertes que, por lo general, se contabilizaron durante toda la pandemia.
América Latina
Las previsiones para América Latina y el Caribe en 2021 se actualizaron y se espera que el crecimiento regional se sitúe en 6.3 por ciento en 2021, con lo que prácticamente se recuperarían las pérdidas del 6.7 por ciento de 2020.
Sin embargo, dadas las vigorosas recuperaciones de los principales socios comerciales, las bajas tasas de interés mundiales y la perspectiva de otro superciclo de los productos primarios, habría cabido esperar que las tasas de crecimiento fueran 1.5 puntos porcentuales más altas.
El Banco Mundial apuntó que esto se da en un contexto en el que la región está saliendo de la crisis del covid-19, pero la recuperación es más lenta de lo esperado, y las secuelas que ha dejado en la economía y la sociedad tardarán años en desaparecer.
Ante esta situación, el Banco Mundial aseveró que ahora más que nunca, es necesario recuperar un crecimiento dinámico, inclusivo y sostenible para reparar tanto el legado de la pandemia como necesidades sociales persistentes.
Añadió que las tasas de pobreza de 5.5 dólares al día, sin incluir Brasil, aumentaron de 24 al 26.7 por ciento, lo que supone el incremento más alto en décadas; además, los estudiantes perdieron entre uno y un año y medio de educación y el retroceso experimentado por el Índice de Desarrollo Humano (IDH) de la ONU sobrepasó al de la crisis financiera mundial.
No obstante, la buena noticia es que los esfuerzos de vacunación han cobrado fuerza durante los últimos seis meses y, aunque todavía están muy lejos de alcanzar su meta, las muertes por covid-19 están disminuyendo en la mayoría de los países.
MRA