Aunque aún no se sabe cómo será la recuperación económica luego de la crisis provocada por el covid-19, los apoyos fiscales y monetarios han sido una respuesta inmediata y oportuna por parte de las autoridades para otorgar confianza a los mercados, aseguró Irene Espinosa Castellano, subgobernadora del Banco de México (Banxico).
La primera mujer en formar parte de la Junta de Gobierno del Banxico aseguró que estas medidas han logrado mitigar los efectos de corto plazo en los mercados financieros, esta combinación de políticas monetarias y fiscales también han trabajado como un aspecto positivo, que ha detenido el pánico y ha generado una colaboración entre las autoridades monetarias y fiscales.
“Los apoyos fiscales y monetarios han sido una respuesta inmediata por parte de las autoridades, oportuna. Creo que hay dos aristas, una: el solo anuncio de los apoyos ayuda y da confianza para ordenar los mercados, pero también poner el dinero en donde están diciendo. Entonces, creo que también los montos son sumamente significativos y eso ha permitido que, en medio de un ambiente de aversión al riesgo y volatilidad, se pueda menguar un poco el comportamiento de los mercados”.
Sin embargo, la subgobernadora acotó que no todas las economías están en condiciones de poner en marcha este tipo de política monetaria, lo cual depende de los fundamentos macroeconómicos y la credibilidad de cada una. Señaló que hay tres condiciones indispensables, “mas no suficientes” que deben cumplir para llevar a cabo estímulos cuantitativos: tener un banco central autónomo, un régimen de tipo de cambio flexible y expectativas de inflación controladas.
La subgobernadora de Banxico habló durante el podcast de Banorte, sobre las políticas monetarias no convencionales que han implementado algunas economías en desarrollo como Colombia, Chile, Polonia y Hungría, a fin de aumentar la liquidez. En su opinión, los estímulos cuantitativos llegaron para quedarse y ya no son exclusivos de los países desarrollados. Si bien estas medidas aún son muy limitadas en el mundo emergente, podrían representar hasta 9 por ciento del PIB de dichos países, explicó.
En este sentido, Espinosa Cantellano detalló que el Banxico ha implementado otras medidas para hacer frente a la recesión, las cuales suman 800 mil millones de pesos más 90 mil millones de dólares para el mercado cambiario. Los objetivos que persigue el banco central con esta política son: asegurar y proveer liquidez; promover el comportamiento ordenado de los mercados; generar mecanismos para impulsar el financiamiento a pequeñas y medianas empresas (Pymes) y hogares, y garantizar un buen funcionamiento del mercado cambiario.
“Entonces, son 800 mil millones más 90 mil millones de dólares para el mercado cambiario; son 30 mil millones en coberturas cambiarias, más 60 mil millones de la línea de crédito en dólares swap con la Reserva Federal. Entonces sí, efectivamente, hemos estado como actores muy propositivos, tratando prácticamente de intervenir con cuatro objetivos fundamentales”.
Espinosa consideró que aunque aún no se sabe el efecto que depara, se trata de una crisis de naturaleza sanitaria que enfrenta el mundo, a diferencia de las otras crisis que estaban centradas más bien en el sector financiero, tanto público como privado; en dónde se está afectando tanto a la demanda como a la oferta, y encuentra al país también con niveles de endeudamiento mayores que en el 2008, pero con un sistema bancario sólido, aunque si bien, no existe un riesgo sistémico en el sector financiero, sí existen algunas instituciones que pudieran enfrentar vulnerabilidades a partir de los efectos económicos, sobre todo en las empresas.
MRA