El grupo alemán BASF anunció la supresión de 3 mil 300 empleos en el mundo y el cierre de varias unidades de producción en su histórica fábrica de Ludwigshafen, debido al aumento de los precios de la energía.
La empresa química espera con estas medidas ahorrar a partir de 2025 unos 500 millones de euros (527 millones de dólares) cada año y 200 millones suplementarios (211 millones de dólares) en su planta de Ludwigshafen (oeste de Alemania), indicó en un comunicado.
"La competitividad" de Basf en Europa "sufre cada vez más por una reglamentación excesiva", lo que implica largos "procesos de autorización" y "elevados costes en la mayoría de factores de producción", aseguró Martin Brudermüller, el presidente director general de esta multinacional.
BASF anunció, en concreto, el cierre de una de sus dos unidades de amoníaco y otra para producir el precursor del plástico TDI.
La gigantesca fábrica de Ludwigshafen cuenta con cerca de 39 mil empleados.
MRA