Un simbólico franco. Eso es todo lo que Bernard Arnault pagó por Boussac, una empresa textil cerca de la bancarrota, en 1984. A partir de esta pequeña adquisición, Arnault convirtió a Louis Vuitton (LVMH), en las últimas cuatro décadas, en el grupo de lujo más grande del mundo por ingresos y en el proceso se convirtió en el hombre más rico de Europa.
Las ventas por 46,800 millones de euros (mde) de LVMH el año pasado, fueron más del triple de las de su rival más cercano, Kering. Este crecimiento se impulsó por el apetito voraz de Arnault por las negociaciones. Inicialmente, le atrajo Boussac, la empresa textil en dificultades, porque poseía una joya en particular que quería tener en sus manos: la marca de lujo Christian Dior.
A partir de ahí, Arnault usó a Dior como la piedra angular sobre la cual siguió con más de 40 adquisiciones.
- Te recomendamos Louis Vuitton quiere comprar a joyería Tiffany por 14.5 mdd Negocios
Después de la compra de Boussac, el camino del empresario francés se confirmó en 1989, cuando diseñó una participación mayoritaria en LVMH, producto de una fusión entre la casa de moda Louis Vuitton y el productor de champán y coñac Moët Hennessy.
Luego sacó al presidente de Louis Vuitton, Henry Racamier, de su empresa familiar. Arnault desplegó las mismas tácticas de sacar a los fundadores, dividir a las familias o crear una división entre los socios comerciales para realizar otras adquisiciones como Givenchy, Château d'Yquem y Duty Free Shoppers.
Arnault utiliza los acuerdos como una forma de expandirse más allá de las raíces de LVMH e ingresar a nuevos sectores. Por ejemplo, en 2006 compró el grupo hotelero de lujo Hotels Cheval Blanc. LVMH amplió aún más su alcance a las experiencias de lujo en diciembre del año pasado, con la adquisición por 3,200 millones de dólares (mdd) del grupo de viajes y hotelería Belmond, propietario del Hotel Cipriani en Venecia y el Venice Simplon-Orient-Express.
Solo en contadas ocasiones, en la extensa historia de negociaciones de Arnault, no ha logrado alcanzar un objetivo preciado.
Su mayor derrota se produjo hace 20 años, cuando el industrial francés François Pinault lo venció en una dura y amarga batalla por el control de la marca de lujo italiana Gucci. Pinault usó a Gucci como eje para construir su propio imperio de lujo: Kering.
- Te recomendamos Gucci, Louis Vuitton, Prada: colecciones de alta joyería Especiales
Y el otro fracaso notable de Arnault fue Hermès, la marca francesa conocida por sus bolsos Birkin y sus bufandas de seda. Hace aproximadamente una década, LVMH comenzó a acumular sigilosamente acciones en Hermès, utilizando contratos de derivados con diferentes bancos para mantenerse por debajo del umbral de divulgación.
La familia Dumas, propietaria de Hermès, no se dio cuenta de lo que estaba sucediendo, hasta que en 2010 se supo que LVMH era propietario de 17% de la compañía.
El Dato.15,500 mdd
es lo que pagará Bernard Arnault para adquirir al grupo joyero estadounidense Tiffany & Co
Bernard Arnault siempre sostuvo que solo tenía “buenas intenciones” frente a Hermès y que no tenía planes de tomar el control. Pero la familia Dumas pensó que se trataba de un asalto corporativo.
Acudieron con éxito a los tribunales para evitar que LVMH y la familia Arnault llevaran a cabo una adquisición, aunque el empresario todavía tuvo una especie de victoria, ya que ganó dinero cuando vendió a Hermès.
A principios de la semana pasada, LVMH confirmó que está en busca de otra marca de gama alta, el grupo joyero estadounidense Tiffany & Co. Si tiene éxito, el acuerdo de 14,500 mdd marcará la adquisición más grande de Arnault hasta la fecha, y empujaría más a LVMH hacia el lujo duro (hard luxury), dándole una cartera de activos de joyería que compite con la de Richemont.
La edad no parece disminuir el hambre de negocios del empresario, de 70 años. Le dijo al Financial Times este año: “Todavía somos pequeños. Apenas estamos comenzando...somos el número uno, pero aún podemos ir más lejos”.