Joe Biden intensificó sus políticas de cambio climático mediante la firma de una orden ejecutiva que pide que la mitad de todos los vehículos nuevos vendidos en EU sean eléctricos para 2030 como parte de los planes para reducir las emisiones del transporte.
El presidente estadunidense anunció el objetivo y expuso los planes para restablecer y endurecer las agresivas reglas de la era Obama sobre eficiencia del combustible y las emisiones de vehículos que fueron eliminadas por el ex presidente Donald Trump.
El segundo mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo se quedó rezagado frente a China y Europa en la adopción de vehículos eléctricos. En Estados Unidos representan alrededor de 2 por ciento del mercado y Tesla domina las ventas, en comparación con 6 por ciento en China, el 10 en Europa y 11 en Reino Unido.
La Unión Europea endureció sus estándares de emisiones en su última política, lo que equivale a una prohibición de facto de la venta de todos los autos nuevos de diésel y de gasolina para 2035. Reino Unido tiene como objetivo poner fin a la venta de todos los coches nuevos de gasolina y diésel para 2030.
Altos funcionarios de la administración estadunidense afirmaron que, si bien el objetivo de 50 por ciento no será ejecutable, da una señal de mercado que empujará a los grupos automotrices hacia la electrificación.
“Es un elemento central de la agenda climática del presidente para abordar las emisiones en el ámbito (del transporte) y es un elemento central de su agenda económica para ayudarnos a hacer crecer nuestro liderazgo en vehículos eléctricos”, comentó un alto funcionario de la administración.
Biden llegó al poder con planes ambiciosos para abordar el cambio climático. Para finales de la década, quiere reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del país a la mitad de lo que eran en 2005, con el objetivo de llegar al cero neto para 2050.
El transporte representa aproximadamente 29 por ciento de las emisiones de EU, más que cualquier otro sector, por lo que abordarlo es fundamental para cualquier plan para reducir los gases de efecto invernadero.
Durante el anuncio, Biden estuvo acompañado por representantes de los grupos automotrices Ford, General Motors y Stellantis, que comprende Fiat Chrysler y la francesa PSA. Cada uno anunciará sus propios objetivos para que entre 40 y 50 por ciento de sus ventas sean vehículos de cero emisiones, que incluyen vehículos eléctricos de baterías, eléctricos híbridos y eléctricos de celdas de combustible, para finales de la década.
GM dijo en enero que su objetivo será dejar de fabricar coches de gasolina en 2035, el primero de los grandes grupos automotrices del mundo en establecer un objetivo. Ford dijo en mayo que 40 por ciento de sus ventas de automóviles a nivel mundial serán eléctricas para 2030.
GM y Ford planean gastar miles de millones en los próximos cuatro años para producir vehículos eléctricos diseñados para atraer la preferencia de los consumidores estadunidenses por las camionetas y los vehículos utilitarios deportivos.
Biden enmarcó su campaña hacia los vehículos eléctricos como una cuestión de volver a ganarle el mercado a China, que produce el triple de vehículos eléctricos que EU cada año.
La legislación que se está considerando en el Congreso incluye la asignación de 7 mil 500 millones de dólares para construir la infraestructura de recarga de los vehículos eléctricos de EU, aunque eso es inferior a la inversión que pidió el presidente para desarrollar una red de 500 mil puntos en todo el país. En la actualidad, tiene cerca de 54 mil estaciones públicas y privadas.
El sindicato United Auto Workers respaldó el plan y señaló que Estados Unidos necesita invertir en vehículos eléctricos para evitar quedarse a la zaga de China y Europa, pero debe ir acompañado de un compromiso de “no solo...conservar buenos empleos sindicales, sino hacerlos crecer”.
Junto con la orden ejecutiva del presidente, la Agencia de Protección Ambiental y la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras, anunciaron los detalles de los nuevos estándares tanto en eficiencia de combustible como en emisiones del tubo de escape hasta 2026, así como los planes para ajustarlos en los próximos años.
La administración de Barack Obama impuso estándares que exigían una eficiencia promedio de combustible de 54.5 millas por galón para 2025. La administración Trump redujo eso a 40 y para 2026.
La medida para restablecer los estándares se anticipaba desde hace tiempo después de que Biden, en uno de sus primeros movimientos, ordenó a la EPA y a la NHTSA revisar las reglas de la era Trump para julio —un plazo que las agencias no cumplieron— como parte de su empuje más amplio para reducir las emisiones del país.
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