La Biofábrica Siglo XXI tiene el objetivo de certificar como producción sostenible, al menos 50 mil hectáreas cañeras en los próximos dos años, ante el potencial que se observa en el uso de biofertilizantes microbiológicos en la producción agrícola.
Para lograr la meta la Biofábrica trabaja junto con productores en el cultivo de caña de azúcar regenerativa y 10 ingenios azucareros.
Mediante un comunicado, la firma de biofertilizantes señaló que con esta estrategia no solo se busca incrementar la productividad y la sustentabilidad del cultivo, sino además generar mayores ingresos a los productores, a través de la venta de bonos de carbono y la obtención de la certificación Bonsucro, organización internacional que certifica la producción sostenible de la caña de azúcar y sus derivados.
El director de la compañía Marcel Morales Ibarra, informó que en México ya arrancó el proyecto piloto en la zona de la Huasteca Potosina, en una superficie de cuatro mil hectáreas, donde, tanto productores como superficie es de los ingenios Plan de Ayala y Alianza Popular que pertenecen al grupo azucarero Ingenios Santos.
“El objetivo es evaluar los efectos del uso de biofertilizantes y otras prácticas de agricultura regenerativa, tanto en lo referente a la producción y productividad, uso eficiente de agua y fertilizantes, resistencia a la sequía, regeneración de suelo y secuestro de carbono”, señaló.
Destacó que este proyecto considera como soporte estratégico el programa lanzado recientemente por los Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA), del Banco de México (Banxico), para incentivar el uso de fertilizantes verdes en el campo mexicano.
“Consiste en apoyar a los productores hasta con 80 por ciento del costo del producto, así como facilitar el proceso de transferencia de tecnología mediante la capacitación y asistencia técnica”, comentó.
Explicó que las evaluaciones en el cultivo de caña de azúcar, aplicando una metodología desarrollada durante 12 años, indican que con el producto verde se alcanzan incrementos de producción, disminución de costos, bajando la fertilización química.
Además de un desarrollo del sistema radicular de 200 a 300 por ciento, un incremento de materia orgánica y adición de carbono en el suelo del orden de 10 por ciento anual.
Señaló que en la etapa dos del proyecto que se desarrolla en la Huasteca Potosina tiene la meta de masificar esta tecnología, mediante un proceso de innovación y transferencia de tecnología, a través de la capacitación y asistencia técnica a los productores.
El directivo informó que se encuentran trabajando en alianza con la empresa Boomitra, firma estadounidense que cuenta con la tecnología especializada para la medición del carbono del suelo vía satélite, con el objeto evaluar la factibilidad de la emisión de bonos de carbono y su colocación en el mercado voluntario.
“Durante este periodo, tuvimos diversas experiencias de los efectos de los biofertilizantes microbianos que van más allá de la nutrición y la producción agrícola, por lo que el concepto de “biofertilizantes” se queda corto y limita el potencial de éstos en otros aspectos como es regeneración de los suelos, incremento de materia orgánica y sus efectos en incremento de la capacidad del suelo en el secuestro de Carbono”, finalizó.
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