El Banco de Pagos Internacionales (BIS, por su sigla en inglés) advirtió del creciente riesgo de una burbuja de precios en los mercados de activos centrados en el medio ambiente.
La creciente urgencia por limitar el calentamiento global y abordar otros problemas, como la desigualdad racial y social, ha hecho que la inversión ambiental, social y de gobernanza (ASG) haya ganado popularidad en los últimos años.
Algunas estimaciones indican que los activos centrados en la ASG se han disparado hasta alcanzar un valor de 35 billones de dólares y representan ahora más de un tercio de todos los activos gestionados profesionalmente por bancos y fondos de inversión.
Una definición más restringida, que incluya sólo los fondos cotizados en bolsa (ETF) y los fondos de inversión con mandatos ASG o de inversión socialmente responsable (ISR), apunta a un crecimiento aún más rápido, de diez veces, hasta aproximadamente 2 billones de dólares.
Esto se pone de manifiesto en activos como las acciones de energía limpia y coches eléctricos y los bonos verdes, que se han disparado en los últimos años.
"Hay indicios de que las valoraciones de los activos ESG pueden estar infladas", dijo el BIS, que celebra reuniones periódicas para los bancos centrales del mundo, como parte de su último informe trimestral.
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Mercados envían señales contradictorias ante coyuntura económica
El BIS advirtió que los mercados de bonos soberanos y de activos riesgosos han enviado señales contradictorias ante la coyuntura económica actual.
En su revisión trimestral, el BIS refirió que los índices bursátiles aumentaron aún más a nivel mundial y las acciones de las economías de mercados emergentes subieron en septiembre, junto con los diferenciales corporativos que permanecieron extremadamente comprimidos, lo que sustentó condiciones financieras excepcionalmente acomodaticias en muchas jurisdicciones.
En contraste, los rendimientos de los bonos gubernamentales disminuyeron abruptamente en las economías avanzadas, incluso cuando la postura de política monetaria esperada se endureció un poco, lo que indica un cierto grado de inquietud de los inversionistas sobre las perspectivas económicas más adelante. Al mismo tiempo, el dólar estadunidense comenzó a apreciarse, cediendo algo de terreno.
Mercados emergentes
El BIS resaltó que las economías emergentes siguieron enfrentándose a desafíos en varios frentes, pues además de la incertidumbre sobre la evolución de la pandemia del covid-19, se destacaron dos cuestiones; en primer lugar, el aumento de las tasas de interés en Estados Unidos mitigó el efecto tradicionalmente positivo de la caída de los rendimientos estadunidenses a largo plazo en los flujos de cartera.
En segundo lugar, los inversionistas estaban preocupados por los desarrollos específicos de cada país, incluida una perspectiva de crecimiento más ligera en China, donde los rendimientos soberanos cayeron y las lecturas de alta inflación en muchas jurisdicciones, especialmente en América Latina, donde las monedas se debilitaron notablemente frente al dólar estadounidense.
En este contexto, el organismo internacional apuntó que las economías emergentes experimentaron fuertes salidas de cartera a medida que los mercados reevaluaron la orientación esperada de la política monetaria estadunidense.
AMP