El Reino Unido y la Unión Europea hacían un último intento por salvar sus diferencias y lograr un comercial posterior al Brexit para evitar una salida desordenada en solo 24 días, esto en medio de crecientes temores a que Londres abandone finalmente la órbita de la UE el 31 de diciembre "sin acuerdo".
Las conversaciones se reanudarán en Bruselas antes de que el primer ministro británico, Boris Johnson, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, revisen la situación por la noche.
El primer ministro irlandés, Micheál Martin, dijo ayer que las posibilidades de un acuerdo están al 50 por ciento. El banco de inversión JPMorgan dijo que las probabilidades de una salida sin pacto habían aumentado a un tercio desde 20 por ciento.
La libra esterlina se desplomaba por temor a que no haya un acuerdo que cubra un comercio anual valorado en casi 1 billón de dólares.
El jefe negociador de la UE, Michel Barnier, se mostró "bastante pesimista en cuanto a las perspectivas de un acuerdo" cuando habló con los enviados nacionales en Bruselas el lunes por la mañana, según un diplomático que participó en la reunión.
"Las negociaciones entre la UE y Reino Unido han llegado al final, el tiempo se acaba rápidamente", dijo otro diplomático comunitario. "Reino Unido debe elegir entre (...) un resultado positivo o uno sin acuerdo".
En Londres, un legislador del gobernante Partido Conservador de Johnson dijo que Francia tendrá que hacer concesiones en la pesca y que la UE debe abandonar sus nuevas demandas sobre competencia justa.
El ministro de Relaciones Exteriores irlandés, Simon Coveney, dijo a RTE News: "Me gustaría dar noticias más positivas, pero en este momento estas negociaciones parecen estancadas y las barreras para el progreso siguen vigentes".
El periódico The Sun informó que Johnson, una figura de la campaña británica para abandonar la UE, está listo para retirarse de las conversaciones en cuestión de horas a menos que la UE cambie sus demandas.
No lograr un acuerdo atascaría las fronteras, alteraría los mercados financieros e interrumpiría las delicadas cadenas de suministro en Europa y más allá mientras el mundo intenta hacer frente al enorme costo económico de la pandemia de covid-19.
MRA