Aunque las carreteras marítimas se plantean como una alternativa para transportar carga entre diferentes estados del país, estas operaciones de cabotaje aún están lejos de ofrecer rutas, tener infraestructura adecuada, una marina mercante que las haga posibles y tampoco debe ser planteada como la panacea frente a la inseguridad, señalaron representantes transportistas.
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Por considerar que hay un potencial en las carreteras marítimas, la Coordinación General de Puertos y Marina Mercante busca detonar esta alternativa y para ello firmó dos acuerdos, uno con la Asociación Nacional de Transporte Privado (ANTP) y otro con la Cámara Mexicana de la Industria del Transporte Marítimo (Cameintram) con miras a hacer viable este proyecto.
El director general de la ANTP, Leonardo Gómez, comentó que el éxito de este proyecto dependerá de todos los sectores de transporte, de los navieros que ofrezcan rutas y barcos competitivos con la periodicidad que requiere el ejercicio, de las terminales portuarias y de la industria.
La alternativa marítima siempre será un medio de transporte más económico, ecológico y seguro frente al autotransporte, por ello es que la Coordinación General de Puertos, que dirige, Héctor López, busca detonar este sistema de carreteras marítimas que son, aclaró, operaciones de cabotaje marítimo, que es la conexión entre dos puertos nacionales.
Aunque esta actividad parece una práctica común, en México se ha abandonado, entre otras cosas, porque no se cuenta con una marina mercante nacional y las aduanas marítimas no tienen infraestructura para distinguir entre una carga que viene en un tráfico de altura, es decir, del comercio internacional a una que viene del tráfico nacional y que por lo tanto no requiere de revisión en aduanas.
Gómez, de la ANTP, explicó que llevan años tratando de desarrollar el cabotaje pero sin lograrlo a precio competitivo, y para poner en marcha las carreteras marítimas es necesario lograr una periodicidad en las rutas y lograr la carga de regreso; se trata de saber cómo es rentable para todos los jugadores.
“Hemos dicho que es un juego de voluntades donde todos tenemos que ganar, tiene que ganar el terminalero, naviero, usuario, transportista y los ferrocarrileros”, dijo la ANTP.
No es panacea a inseguridad
El problema más grave que enfrenta el autotransporte es la inseguridad y hay quienes piensan que para sacar la vuelta a la inseguridad hay que ofrecer las carreteras marítimas, pero no se trata de eso, aclaró el vicepresidente de la Cámara Nacional de Autotransporte de Carga (Canacar), Refugio Muñoz.
“Si en lugar de combatir la inseguridad le sacas la vuelta, al rato vamos a tener piratas en las costas, se van a ir a donde hay cosas que robar, creo que es una buena alternativa pero en el terreno logístico”.
Sobre el desarrollo de las carreteras marítimas, Muñoz expuso: “A los autotransportistas nos conviene en lugar de hacer rutas tan largas subir el remolque por ejemplo a la península de Yucatán, en Tuxpan, llegar a Progreso, y tener equipo para hacer la última milla”.
El representante del sector transporte insistió en que las carreteras marítimas deben ser proyectos integrales, en donde participen obviamente las empresas marítimas, las de carga y los usuarios dirigidos por el gobierno, porque son proyectos que requieren un procesos de maduración.
El director general de la Asociación Mexicana de Agentes Navieros (Amanac), Miguel Ángel Andrade, consideró que este proyecto puede funcionar dependiendo de los apoyos y las tarifas de las Administraciones Portuarias Integrales para respaldar al cabotaje.
Primera apuesta
Baja Ferries, una naviera mexicana con más de 15 años de trabajo y que opera ferries para llevar carga y pasaje entre Mazatlán, Sinaloa, y La Paz, Baja California Sur, así como de Topolobampo a La Paz, apuesta a crear una de las primeras carreteras marítimas de este proyecto entre los puertos de Veracruz y Progreso, en el estado de Yucatán.
El director de la oficina de Proyectos del Consejo de Administración de Baja Ferries, Óscar Ruano, comentó en entrevista con MILENIO que la idea de conectar esos dos puertos surgió desde el año 2001, pero por cuestión de costos no se logró implementar en un primer intento.
La naviera mexicana estima que la inversión inicial en el buque será de 18 millones de dólares y el proyecto es operar con un buque para carga rodada roll on roll off (Ro–ro) en un principio con dos frecuencias semanales, con miras a atender a la Península de Yucatán, en donde se estima viven cerca de 4 millones de personas, arriban 18 millones de turistas al año y hay más de 100 mil habitaciones de hotel que crecen constantemente.
Entre los retos para poner en marcha las carreteras marítimas están el de la infraestructura y los procedimientos; por ejemplo, en Puerto Progreso se cuenta con una carretera de siete kilómetros dentro del mar, todo es un recinto fiscalizado controlado por la aduana; para ello es necesario modificar lineamientos para poder operar cargas de cabotaje, es decir, sin el paso por la aduana o el recinto fiscalizado; para lograrlo, se están realizando negociaciones con la aduana y con la Administración Portuaria Integral de Progreso.
Otro punto de infraestructura para resolver es la conexión carretera y la habilitación del muelle, previsto para el cabotaje en el Puerto de Veracruz, para poder operar los buques de carga rodada; son inversiones en las que se requiere el apoyo del gobierno para detonar estos nuevos servicios.
El representante de Baja Ferries expuso que se cuentan con los clientes ancla que le dan viabilidad del proyecto; “sabemos que empezando subirán los demás, existe la viabilidad financiera para poder arrancar el proyecto, la fecha para comenzar depende del tema de infraestructura y de los procedimientos”.
11,000 Kilómetros de litorales tiene México, lo que lo coloca en una posición estratégica para el comercio mundial.
117 Puertos y terminales habilitados tiene el país, con acceso a los océanos Pacífico y Atlántico, además del Mar de Cortés y del Caribe.
32 Administraciones Portuarias Integrales federales hay en México.