Las restricciones a la producción y venta de cerveza a causa del covid-19 provocó que en marzo de este año las arcas del gobierno federal recaudaran 15 por ciento menos por concepto de impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS) aplicado a este artículo y a las bebidas refrescantes, un gravamen que en 2019 contribuyó con 41 mil 851.5 millones de pesos a los ingresos del país.
Según el más reciente Informe de Estadísticas Oportunas de Finanzas Públicas, de la Secretaría de Hacienda, en marzo de este año se recaudaron 2 mil 662.8 millones de pesos por IEPS a cerveza y bebidas refrescantes, lo que contrasta con los 3 mil 32 millones recaudados en el mismo mes pero del año pasado.
Durante el primer trimestre del año la caída acumulada por la recaudación de este impuesto fue de 6.5 por ciento, al sumar 9 mil 294 millones de pesos frente a los 9 mil 609 millones reportados el mismo periodo de 2019.
El año pasado el gobierno federal ingresó a sus arcas 41 mil 851.5 millones de pesos por este concepto, lo que representó 9.08 por ciento de todo lo recaudado por IEPS, apenas por debajo de lo que recauda por la venta de cigarros.
La caída de marzo obedece a la imposición de la ley seca que se aplica en cuatro entidades y en ciertos municipios de otros estados, y a que los productores de cerveza tuvieron que frenar sus líneas de producción debido a que dicha industria no fue considerada como actividad esencial para la economía durante la actual contingencia sanitaria, caso contrario a lo que ocurre en muchas naciones de Europa y Estados Unidos.
En México la agroindustria de la cerveza genera alrededor de 55 mil empleos directos y 550 mil indirectos; sin embargo, sus operaciones están en la incertidumbre ante la contingencia sanitaria.
Experiencia internacional
En países como India las actividades de las cerveceras se reanudaron debido a la aportación presupuestal que esa industria realiza. Tras seis semanas de estrictas medidas, ese país levantó este lunes la prohibición de la venta de alcohol en un momento en que necesitaba aumentar el gasto en servicios de salud. El gobierno también permitió la reapertura de muchas tiendas y oficinas del sector privado, aunque con personal reducido.
Los gobiernos estatales generalmente obtienen entre 15 y 30 por ciento de sus ingresos totales del impuesto al consumo aplicado a la venta de cerveza, vino y licores, por lo que la prohibición golpeó los ingresos de ese país justo cuando subían los gastos en salud por el virus.
En México, Iñaki Landáburu, presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Distribuidores de Vinos y Licores, dijo que la venta de bebidas alcohólicas va a la baja, agravada por el cierre de restaurantes y centros de consumo.
Con información de: EFE