El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que México corre el riesgo de registrar una contracción económica (caída del Producto Interno Bruto -PIB-) más profunda y una recuperación más lenta, debido a que la respuesta fiscal es la menor entre los países del G-20.
De acuerdo con lo planteado por el director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner, México debe incrementar el gasto para proteger vidas y los ingresos familiares, y trazar un plan creíble de reforma fiscal a mediano plazo que amplíe el margen para la aplicación de políticas a corto plazo y que permita cerrar las brechas fiscales.
En el blog Diálogo a Fondo, explicó que las consecuencias del brote del virus en México se han visto agravadas por la caída de los precios del petróleo, la volatilidad en los mercados financieros internacionales, las perturbaciones en las cadenas mundiales de valor y el deterioro de la confianza de las empresas, como lo ya lo evidenciaba la caída registrada en la inversión antes de la pandemia del covid-19.
Por tanto, se prevé que el PIB real se reduzca 10.5 por ciento en 2020, y que en 2021 solo se recupera parcialmente el producto perdido; ante esta situación, se espera que el banco central recorte aún más las tasas de interés para absorber el shock en la demanda provocado por la crisis y preservar el funcionamiento de los mercados financieros.
Insta FMI a que América Latina abra sus economías con cautela
El FMI instó a los países de América Latina y el Caribe a que la apertura de sus economías se haga con cautela, pues la región ahora es el nuevo epicentro de los contagios por covid-19 y podrían ser necesarias nuevas medidas de confinamiento que lleven a que los efectos de la pandemia se prolonguen al segundo semestre del año.
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Werner detalló que los países deberían permitir que los datos y los conocimientos científicos guíen el proceso de apertura, ya que numerosos países de la región tienen elevados niveles de informalidad y están poco preparados para hacer frente a nuevos brotes de la pandemia, con una elevada ocupación de unidades de cuidados intensivos y escasa capacidad de pruebas y rastreo.
En este contexto, abundó en que los riesgos no dejan de ser elevados, pues la pandemia podría agudizarse, deprimiendo la actividad económica, presionando los balances de las empresas, empeorando la pobreza y la desigualdad, y reavivando las tensiones sociales en la región.
Del lado positivo, también existe la probabilidad de que en virtud de que algunos indicadores de actividad en las economías avanzadas han sido mejores de lo previsto y el crecimiento mundial podría superar las expectativas, apoyando las exportaciones, los precios de las materias primas y el turismo.
Prioridades
El director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI señaló que en América Latina y el Caribe la prioridad inmediata de la política fiscal consiste en continuar protegiendo las vidas y los ingresos de las familias, lo cual, teniendo en cuenta el limitado espacio fiscal que existe en la región, requiere re priorizar de gasto y hacerlo más eficiente.
Por tanto, las autoridades tendrán que encontrar maneras creativas de llegar a diferentes segmentos de la sociedad, especialmente donde la informalidad es elevada.
No obstante, apuntó, las secuelas de la pandemia y las respuestas de política económica también causan inquietudes en torno a la sostenibilidad de la deuda a mediano plazo en varios países, por lo que se requiere un compromiso claro a un plan de mediano plazo de consolidación fiscal y reformas estructurales que impulsen el crecimiento será clave despejar estas inquietudes.
En tanto, añadíó Alejandro Werner, la política monetaria debería seguir siendo acomodaticia dado las bajas presiones inflacionarias, las brechas de producto negativas y el elevado desempleo.
Donde sea necesario y posible, las autoridades deberán considerar nuevos recortes de la tasa de política monetaria y medidas focalizadas en algunos mercados para respaldar la actividad económica y asegurar el adecuado funcionamiento de los mercados financieros.
Las medidas encaminadas a mantener las relaciones de empleo, como apoyo a las nóminas salariales y el financiamiento del capital de trabajo, serán importantes para evitar el cierre de empresas que en ausencia de la pandemia serian viables, reducir el desempleo a largo plazo, apoyar la recuperación, y estimular el crecimiento potencial.
Las políticas de contención y mitigación deberían estar debidamente calibradas para evitar una segunda ola de la pandemia y controlar brotes locales, indicó Alejandro Werner.
srgs