La Cámara de Representantes estadunidense, que acaba de dar luz verde al juicio político contra Donald Trump, se alista para votar sobre el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), el cual se prevé sea aprobado por mayoría abrumadora.
El T-MEC contará previsiblemente con apoyo bipartidista en la cámara, desde que la oposición encabezada por la presidenta Nancy Pelosi obtuvo concesiones cruciales de un gobierno ávido por sesionar el tratado antes de la temporada electoral el año próximo.
Se prevé que los legisladores de ambos partidos aprobarán un T-MEC promovido por agricultores, ganaderos y empresarios ávidos por dejar atrás los meses de tensión comercial que ha dificultado las decisiones sobre gasto y creación de empleos.
La derogación del tratado anterior, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), fue una de las promesas centrales de la campaña de Trump para ganar los votos obreros en estados como Michigan, Ohio, Wisconsin y Pennsylvania. Y está a punto de cumplirla.
Si la cámara baja aprueba el tratado, el Senado probablemente lo debatirá al regreso de las fiestas navideñas y después de discutir el juicio político.
El TLCAN original eliminó casi todos los aranceles sobre productos fabricados y comerciados dentro de Norteamérica. Fue extraordinario porque vinculó a dos países ricos y desarrollados con otro pobre y en desarrollo. Desde entonces, el comercio de Estados Unidos con Canadá y México ha crecido más rápidamente que con casi cualquier otros países.
El legislador republicano Richard Neal aseguró en un tuit que el nuevo acuerdo comercial "ahora incluye protecciones críticas para los trabajadores estadunidenses y pone fin a los obsequios a Big Pharma. Hoy va a votación en la cámara".
GGA