Tras la campaña ambiental Sin Popote Está Bien emprendida por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en mayo, la empresa Popomex —uno de los principales fabricantes— reporta una baja de 20 por ciento en las ventas. Ante ese fenómeno anunció que planea fabricar productos oxibiodegradables (incorporará un aditivo que reduce su tiempo de degradación a dos años), pues temen comenzar a perder empleos ante una eventual prohibición de popotes a escala nacional.
En solo dos meses de campaña ecológica, el restaurante La Casa de Toño, entre otros, redujo en 90 por ciento el uso de popotes en sus 45 sucursales, mientras que Biofase, empresa pionera en la producción de plástico a base de semilla de aguacate, tuvo un aumento en la demanda y ya produce 40 millones de popotes biodegradables al mes.
FENÓMENO VIRAL
Un video de Christine Figgener, bióloga marina de la Universidad Texas A&M, publicado en 2015 en YouTube, muestra cómo una tortuga sufre cuando los expertos extirpan un plástico de su fosa nasal. Se hizo viral —suma más de 31 millones de visitas— y a partir de eso surgieron iniciativas para desincentivar el uso de productos plásticos.
En México, tras un exhorto del Congreso de la Unión, la Semarnat lanzó la campaña en paralelo a la que hace la ONU para alertar sobre la contaminación por ese material. Sin Popote Está Bien se convirtió en una de sus campañas más exitosas con una inversión de apenas 248 mil pesos para su difusión en Facebook e Instragram, explicó a MILENIO Víctor Espíndola, vocero de la Semarnat.
“Hubo una reducción de la venta de popotes en el primer semestre del año; no hay un estudio que vincule la campaña con esto, pero es un indicador muy positivo. La verdad es que hay una tendencia mundial que ayudó. Empresas como Toks, Starbucks, Hyatt y Casa de Toño, entre otras, se sumaron de manera muy natural”, detalló.
De acuerdo con Espíndola, el primer objetivo fue informar a la población con datos duros, como que “una persona usa en su vida 38 mil popotes”; sin embargo, desde el punto de vista de Alain Ponce de León, director general de Popomex, la campaña presenta cifras “infladas” y no ataca el verdadero problema: el consumo desmedido, el mal manejo de la basura y la falta de una cultura de acopio y reciclaje del plástico.
Ponce de León ejemplificó que “para que una persona consuma 38 mil popotes en su vida tendría que usar un popote diario durante 104 años”, y según estudios de esa industria, en realidad cada mexicano utiliza, en promedio, 85 al año. Además, prohibirlos puede provocar la pérdida de al menos 2 mil 500 empleos directos.
Las empresas Popomex, Primo y Huhtamaki hacen 90 millones de popotes a escala nacional y el mercado de ese insumo ronda los 900 millones de pesos anuales, pero después de la campaña de la Semarnat las pérdidas de esos fabricantes ascienden a 180 millones, apuntó Ponce de León.
ALTERNATIVA
Scott Munguía, director general de Biofase, la empresa que hace popotes biodegradables, coincide en que no se debe prohibir el uso de esos insumos, pero sí fomentar materiales como el que ellos producen desde hace seis años, un bioplástico elaborado con semilla de aguacate que se degrada en 240 días.
“Nosotros recolectamos la semilla del aguacate, no utilizamos el aguacate como tal, sino el desperdicio de empresas que hacen guacamole o aceites”, detalló.
De los 40 millones de popotes que producen, 40 por ciento se exporta a Estados Unidos, 30 por ciento a Suecia y Centroamérica, y el resto es para el mercado mexicano.
“El plástico no es malo, está bien para usarlo en naves espaciales, partes para carros o una casa, pero no en cosas que duren 5 minutos... no tenemos por qué quitarle al consumidor el producto, debemos ofrecerle alternativas correctas como un popote biodegradable”, concluyó Munguía.
Por campaña ecológica, bajan 20% ventas de popotes
Después de una iniciativa emprendida por la Semarnat para evitar el uso de ese insumo, en algunos restaurantes emplearon hasta 90 por ciento menos.
México /
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