Canaco y CMIC de Nuevo León calificaron como positivo el que se vaya dando un incremento gradual cada año al salario mínimo, con la finalidad de ir avanzando hasta que se alcance la línea de bienestar del Coneval.
Gabriel Chapa Muñoz, presidente de Canaco de Monterrey, señaló que en la medida que este salario se fortalezca, el poder adquisitivo de la población se incrementará, por lo que habrá un mayor consumo en los establecimientos comerciales y de servicios, pudiendo así satisfacer sus necesidades básicas.
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Añadió que es importante ir avanzando hacia una nueva cultura salarial con visión de largo plazo, de tal forma que se vaya haciendo más delgada la brecha de la desigualdad, creando mejores condiciones de vida para todos los mexicanos.
A su vez, José Francisco Guajardo, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), Nuevo León, opinó que la medida es muy acertada, y sin duda apoyan que se apliquen medidas encaminadas a abatir el rezago salarial existente, ya que una mejor remuneración incide en un mayor nivel de bienestar para ellos y sus familias.
Refirió que según un análisis realizado por el Centro de Estudios Económicos del Sector de la Construcción (CEESCO) con base en datos de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami), en el sector de la construcción los salarios que obtienen los trabajadores que desempeñan los distintos oficios que se requieren, como los operadores de maquinaria, carpinteros, albañiles, electricistas o pintores, cuentan con salarios superiores al mínimo.
Por su parte, Jorge Moreno, catedrático de la Facultad de Economía de la UANL, alertó que este incremento del 20 por ciento en el salario mínimo podría ser un factor que desincentive la inversión privada.
En el caso de Nuevo León es muy particular, dado que no sólo tiene una mano de obra altamente calificada, sino que también tiene un porcentaje considerable de mano de obra en el sector informal, partiendo de esto, es el impacto que podría tener esta medida superior, comparado a la de otros estados del país.
"El impacto sería en mermar la competitividad de la industria porque se elevarán los costos, lo que podría traducirse en menores inversiones por parte de las empresas".