Carlos Ghosn, de la veneración al abandono de Nissan

Apodado "Le Cost Killer", Ghosn impulsó a Nissan en momentos que la automotriz se dirigía a una posible quiebra, volviéndola una empresa rentable.

Carlos Ghosn, presidente y CEO de la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi (Foto: Reuters)
AFP
Tokio /

Carlos Ghosn, venerado en Japón por haber salvado a Nissan de la quiebra, fue arrestado en Tokio por presunta malversación tras una investigación interna del fabricante de automóviles, que quiere destituirle cuanto antes.

El ciudadano francés, nacido en Brasil y de origen libanés comenzó su carrera en el fabricante de neumáticos Michelin en 1978, para luego ser contratado por Renault en 1996, donde supervisó una reestructuración que le valió el apodo de "Le Cost Killer" (El asesino de costos).

Ghosn llegó a Tokio en la primavera de 1999 para salvar a Nissan, que acababa de unirse al grupo francés Renault. Fue nombrado presidente dos años después.

Allí, transformó un grupo en plena debacle en una empresa muy rentable con una facturación anual de cerca de 100 mil millones de euros, lo que le valió una cierta veneración en el archipiélago.

En abril de 2017 pasó el testigo a Hiroto Saikawa, aunque siguió al frente del consejo de administración para concentrarse más en la alianza con Renault y Mitsubishi Motors, que en 2016 se sumó a la alianza con Nissan.

Como presidente de Nissan, cobró entre abril de 2016 y marzo de 2017 cerca de mil 100 millones de yenes (8 millones de euros al cambio de entonces). Ganaba también más de 7 millones de euros anuales como consejero delegado de Renault, que dirige desde 2009 (antes había sido director general desde 2005).

Carlos Ghosn preside también el consejo de administración de Mitsubishi Motors, empresa que salvó a finales de 2016 al adquirir a través de Nissan una participación del 34 por ciento en el grupo, entonces en medio de un escándalo de falsificación de datos.

La asociación Renault-Nissan-Mitsubishi es hoy una construcción con equilibrios complejos, constituida por empresas distintas ligadas por participaciones cruzadas no mayoritarias.

Renault posee un 43 por ciento de Nissan, que a su vez tiene 15 por ciento de Renault y 34 por ciento de Mitsubishi Motors. Recientemente circularon rumores de fusión.

Las acusaciones contra Carlos Ghosn, que forjó solo esta alianza, suponen un duro golpe para el trío franco-japonés que reivindica el título de primer conjunto automovilístico mundial, con 10.6 millones de vehículos vendidos el año pasado, más que Toyota o Volkswagen.

"Si está detenido, esto alterará la alianza de la que es la piedra angular", comentó antes de que la prensa informara de su arresto Satoru Takada, un analista en la consultoría TIW.

En los últimos meses, la atención se ha centrado cada vez más en cómo simplificar la compleja red de participaciones cruzadas entre las empresas socias de la alianza para garantizar que siga prosperando tras la eventual salida de su arquitecto principal.

Fuentes cercanas al asunto dijeron en marzo a Reuters que los socios estaban discutiendo planes para una alianza más estrecha en la que Nissan adquiriría la mayor parte de la participación del 15 por ciento del estado francés en Renault.

Luego de que el periódico Yomiuri de Japón informó que Ghosn fue arrestado por fiscales de Tokio bajo sospecha de haber informado erróneamente de su salario, los planes para la alianza para el futuro son ahora más urgentes que nunca.


GGA

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