Central de Abastos, un lugar donde la sana distancia no existe

Cientos de personas acudieron este lunes a realizar sus compras sin respetar la distancia entre ellas

Usuarios de la Central de Abastos de Pachuca. (Jorge Sánchez)
Elizabeth Hernández
Pachuca /

A pesar de las medidas tomadas por la administración de la Central de Abastos de Pachuca con el fin de evitar que el covid-19 se propague entre la población, la gente que acude al lugar no puede evitar mantener una sana distancia, como lo recomienda la Secretaría de Salud, por el número de personas y la distancia que hay entre los puestos.

Durante el recorrido que se realizó este lunes, personal de la Central de Abastos continúa proporcionando gel antibacterial a las personas que visitan el lugar, en los tres filtros que se tienen en los accesos, en donde se les está pidiendo que sólo una persona acceda al centro de comercio de frutas, legumbres y alimentos en general, pero muchas de ellas, se niegan a utilizarlo.


“Muchas personas hasta se enojan cuando le queremos colocar el gel, pero nosotros insistimos, porque son medidas que pueden ayudar”, señaló la persona que se encuentra en la entrada principal, quien repite a las personas que van pasando que sólo una persona, por familia, puede entrar a realizar las compras.

Y así, a mitad del pasillo principal la gente se aglomera para seguir su recorrido por el lugar, en donde el tráfico peatonal se intensifica, y la sana distancia se pierde, cuando un cargador pasa con el diablo cargado de productos y en dirección al estacionamiento, y la gente debe orillarse, juntarse a un costado y dejarlo pasar.

“Aquí no se respeta eso, imagínese que la gente tome la distancia, pues no, no terminaría nunca de comprar”, señala el comerciante, Arturo González, quien asegura que llevar a cabo las medidas de contención que se han dado a conocer por la secretaría de Salud es complicado por el número de personas que se presentan en el lugar.

Sin embargo, para otros comerciantes, como David Heras Delgadillo, indica que él cerrará su negocio, como lo han hecho pocos dentro del lugar, pero es una decisión personal y de carácter ético ante la situación de emergencia que se vive actualmente en el país.

“Si la gente sigue trabajando o no, es una decisión personal, y entiendo que mucha gente va a pensar en que los alimentos son prioritarios, pero en las condiciones en las que estamos, es casi imposible seguir, y sí, acepto que la administración ha intentado lavar las instalaciones, a fumigar pero creo que no hemos sido lo suficientemente receptivos para entender lo de la sana distancia y en este lugar no hay.

“Cada quien debe de asumir sus propios costos y, en mi caso, he decidido terminar mis existencias y pagarle a mi gente tres semanas y que se vayan a su casa, y muy pocas personas están haciendo eso porque la naturaleza de un comerciante es vender y vender, y a la mejor hay una ventana de oportunidad, y la sociedad debemos de entender que podemos ser héroes recluyéndonos, no siendo emisores de la enfermedad”, explicó.

Así también, pocos comerciantes utilizan cubre bocas o guantes al momento de proporcionar el producto o recibir dinero, además que pocos salen de sus puestos para salir de la Central de Abastos, atravesar la avenida y lavarse las manos en el lavamanos comunitario que fue colocado a la entrada de la estación del Tuzobús, ubicada frente al lugar.

“No podemos estar saliendo a cada rato, la gente pide y nosotros vendemos, así que nos lavamos las manos cuando baja la afluencia de gente”, señala otro comerciante.

Algunos usuarios portan el cubreboca, aunque en su mayoría van sin protección alguna, “porque ya dijeron que no es necesario y si nos vamos a enfermar, pues ya Dios dirá, mientras tenemos que venir a comprar la despensa de la semana, porque afuera es más caro y ahorita hay que cuidar el dinero”, expresó una usuaria dentro de la Central de Abastos.

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