En 2022, los millonarios de América Latina aumentaron su riqueza 4 mil 600 millones de dólares, acaparando 453 mil millones en total, mientras que 92 millones de trabajadores de la misma región recibieron un salario inferior al mínimo oficial por carencias de cobertura legal o incumplimiento de normativas.
Panorama Social de América Latina y el Caribe 2023 es un documento en el que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) exploró las razones de la riqueza y la pobreza en la región durante 2022, donde la pandemia del coronavirus fue un factor determinante.
Cepal analiza la riqueza
En valores reales, el año pasado el patrimonio de millonarios de la región fue muy cercano al que registraron previo a la pandemia, y un 4.4 por ciento inferior al que tenían en 2012.
Ante ello, la Cepal indicó que la evolución del patrimonio de los superricos de la regiones es “congruente” con el comportamiento de la economía agregada: la correlación entre el Producto Interno Bruto (PIB) regional y el patrimonio de los milmillonarios fue de 0.65 entre 2012 y 2022.
La Cepal explicó que, en 2021, el patrimonio de milmillonarios de América Latina representó 3.6 por ciento de la riqueza de toda la población de la región; entre 2020 y 2021, la riqueza total de estas personas creció con una intensidad relativa mucho mayor que el patrimonio del resto de la población de sus países.
Cepal analiza la pobreza
Con relación a los 92 millones de trabajadores que reciben salarios inferiores al mínimo oficial, la Cepal señaló que esta cifra creció con respecto a niveles pre pandémicos, de 32.6 por ciento en 2019 a 36.8 por ciento el año pasado.
Hay más mujeres que hombres que ganan menos del salario mínimo en la región, con 44.1 por ciento y 31.4 por ciento, respectivamente, y resaltó que esta situación afecta en particular a las y los jóvenes y las personas mayores.
La Cepal destacó que existe una preocupante disparidad salarial entre las categorías ocupacionales que evidencia los sectores en los que predomina la inserción laboral precaria. El 63.1 por ciento de los empleados domésticos, en su mayoría mujeres, percibía una remuneración inferior al salario mínimo establecido.
EDD