Actualizar la regulación, transparencia y confiabilidad, inversión y crecimiento, oportunidad y seguridad, son las bases que actualmente requieren los Fideicomisos de Infraestructura y Bienes Raíces (Fibras) para seguir creciendo en México, indicaron especialistas del sector.
Durante la celebración de Milenio Foros. Inversión y Fibras, que moderó la directora de Suplementos de Grupo Milenio, Regina Reyes-Heroles, destacaron que desde su creación en 2011, las 12 Fibras que existen en el mercado mexicano tienen un valor de 215 mil millones de pesos.
El vicepresidente de relaciones con inversionistas de Fibra Uno, Jorge Pigeon, detalló que una Fibra es una figura jurídica que otorga beneficios fiscales a los inversionistas, aunque en realidad es un negocio de bienes raíces a gran escala, pues permite invertir en grandes inmuebles comerciales aun siendo un inversionista pequeño; además, existe la excepción de Fibra E, que impulsa proyectos de infraestructura de energía.
"Si bien vemos el valor del mercado, el valor de los activos, que es lo que realmente vale, suman alrededor de 520 mil millones de pesos, es decir, casi 12 mil millones de dólares, dependiendo del tipo de cambio", detalló.
De acuerdo con el director general de Fibra Shop, Salvador Cayón, el contar con buenos activos que otorgan plusvalías tiene que ver con que los inmuebles estén bien ubicados y que cuenten con los clientes necesarios para generar en el tiempo la rentabilidad necesaria para el negocio; además, otra de las ventajas, es contar con un equipo operativo eficiente que lo administre y que se adapte a los cambios que el mercado demanda.
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En este contexto, el socio de Ritch Mueller Heather y Nicolau, Thomas Heather, sostuvo que para invertir en ese tipo de instrumentos, los inversionistas deben encontrar certidumbre que les genere confianza, donde el gobierno corporativo funciona como un marco conceptual que da dirección y control para generar una estrategia de desarrollo de negocio que se va a ejecutar a lo largo del tiempo.
"Es un concepto en evolución, no hay una talla única para cada fibra, debe haber un marco de referencia que existe obviamente; que se deben ir desarrollando dentro de la propia empresa y que pueden ser también comités de auditoría, comité de compensación, que van dando confianza", aseguró.
Finalmente, el socio de Creel García-Cuéllar Aiza y Enriquez, Jorge Correa, manifestó que en materia de regulación, misma que inició antes de las fibras en 2005, cuenta con una política pública "sencilla" cuya estructura del negocio es que no pague impuestos y donde quien los paga es el inversionista, dependiendo de si éste no está exento de pagarlo.
Por lo anterior, si bien indicó que este tipo de regulación permite que nazcan fibras, no se ha logrado llegar a un grado de sofisticación para que se conozca las diferencias entre los diferentes fideicomisos.
"Nos falta avanzar mucho en sofisticarnos y eso daría seguridad al mercado y permitiría tener más fibras", concluyó.
GGA