Pese al panorama económico mundial y niveles de volatilidad en la economía nacional, el sistema financiero mexicano muestra una capacidad adecuada para absorber “choques”, indicó el Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero (CESF).
En un comunicado, el CESF actualizó su balance para los riesgos durante su quincuagésima sexta sesión ordinaria, donde concluyó que el sistema financiero mexicano mantiene una posición de solidez y resiliencia para hacer frente a retos de la coyuntura.
Sistema financiero mexicano fuerte
Trascendió que el sistema financieros mexicano registró periodos de volatilidad y aversión al riesgo debido a factores locales en las semanas recientes.
Desde su última sesión, el peso mexicano acumuló depreciación cercana a 12.5 por ciento con respecto al dólar estadunidense a principios de junio, aunque el reporte indicó que se ha recuperado cerca de 3 por ciento desde dicho máximo.
Se observó que mercados financieros a nivel global registran episodios de volatilidad e incertidumbre en las últimas semanas por:
- Eventos políticos.
- Tensiones geopolíticas.
- Publicación de datos de empleo.
- Actividad económica e inflación, particularmente en Estados Unidos.
La CESF detalló respecto al sistema financiero mexicano:
“En este contexto, durante el segundo trimestre del año, las condiciones financieras globales registraron fluctuaciones importantes”.
Volatilidad de los mercados
El CESF destacó que la información disponible sugiere que la actividad económica nacional mostró debilidad al principio del segundo trimestre del año, aunque algunos indicadores observados han mejorado en relación con aquellos registrados a finales de 2023 y principios de 2024. Comentó:
“Lo anterior confirma la expectativa de un menor crecimiento para el año en su conjunto en relación con el previo. La calificación crediticia soberana se mantiene en grado de inversión y con una perspectiva estable, si bien las principales agencias calificadoras han señalado en comunicaciones recientes algunos desafíos relevantes hacia adelante”.
Destacó que persisten riesgos globales que afectarían la estabilidad financiera, incluida la posibilidad de que condiciones se mantengan restrictivas por más tiempo del previsto, además de que presiones inflacionarias se prolonguen y que tensiones geopolíticas o los conflictos comerciales se intensifiquen. El CESF concluyó:
“Es posible que se observen periodos de volatilidad e incertidumbre en los mercados asociados, entre otros factores, con oscilaciones en las perspectivas para la política monetaria y la evolución política y electoral en algunas jurisdicciones clave”.
EDD