Cocina Doña Esthela, historia de telenovela

La emprendedora aprovechó la grabación de la telenovela Cuando me enamoropara hacer despegar un negocio que ahora atiende a comensales internacionales.

Blanca Esthela Martínez tiene a su cargo 50 colaboradores.
Cristina Ochoa
México /

Un cúmulo de personas esperando afuera de una fachada que da la impresión de ser una pequeña cabaña instaurada en el Valle de Guadalupe, en Ensenada, Baja California, es algo que llama poderosamente la atención. La multitud, comenta la gente del lugar, puede esperar más de una hora en el sitio con tal de probar la comida de Blanca Esthela Martínez.

No hay una sola persona en todo El Valle de Guadalupe que ignore que en 2010 se grabó en La Lomita, la telenovela Cuando me enamoro y fue precisamente por esa grabación que comenzó el crecimiento de La Cocina de Doña Esthela.

Los actores y los miembros de staff de grabación comenzaron a comprar con la señora que diariamente vendía pan y tamales de elote, quien además solía preparar algunos aperitivos que comerciaba fuera de las escuelas de la región.

“Comencé a tener pedidos, dejé de vender mis desayunos en las escuelas de los niños, pues incluso los maestros empezaron a venir a mi cocina. No tenía ni un solo menú, ni siquiera para comprar carne, comencé vendiendo burritos de frijoles”, dijo en entrevista con MILENIO.

Recordó que no tenía los recursos suficientes para crecer hasta que un día juntó dinero para comprar dos kilos de carne e hizo machaca.

“Ahora ya compro 400 kilos de carne a la semana”, expuso.

El éxito traspasó fronteras, y un día llamaron a su casa para anunciarle que representantes de la plataforma londinense de comida FoodieHub (que califica platillos en más de 150 países) habían ido a probar su comida y le entregarían un reconocimiento por el valor culinario de su trabajo.

El reconocimiento, cuya mención se exhibe en todos sus menús, fue por “El mejor desayuno”.

La dueña del lugar, que comenzó trabajando con su esposo e hijos, tiene a su cargo 50 colaboradores, miembros en su mayoría de la comunidad del Valle de Guadalupe y atiende a turistas nacionales y extranjeros, principalmente de Estados Unidos, España, China, India y Japón, entre otros.

“Me gusta atender a la gente, a veces hay muchas personas esperando; lo que quiero hacer es una cocina afuera donde solo se trabaje con leña”, sostuvo la dueña del lugar que recibe diario a cerca de 3 mil personas.

Esthela sabe que el éxito de su negocio ha sido la permanencia del toque hogareño y local, así como el trabajo con las vinícolas locales en las rutas de vino, lo que ha ayudado al crecimiento de su trabajo.

“No podría pensar actualmente en abrir otro lugar porque me gusta involucrarme en todo; la sombra del negocio soy yo, y no podría atender más unidades al mismo tiempo, eso podrá ser más adelante”, puntualizó.

Inicio
Doña Esthela comenzó vendiendo burritos de frijoles por falta de dinero y ahora compra 400 kilos de carne a la semana.

Alcance
Hasta su famosa cocina llegan turistas de Estados Unidos, España, China, India y Japón, entre muchos otros.




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