Cómo funcionará el plan Biden de infraestructura

El paquete avalado en el Senado y que va a la Cámara de Representantes no se ajusta al ambicioso proyecto de gasto que pidió el presidente de Estados Unidos

Avanzó una ley que promete miles de empleos en la construcción. Samuel Corum/AFP
Lauren Fedor
Washington /

El proyecto de ley de gastos de un billón de dólares que aprobó el Senado de EU ayer alguna vez se consideró el tipo de legislación que sería algo estimulante en el Capitolio: llena de fondos de infraestructura destinados a construir carreteras, puentes y túneles en distritos electorales de todo el país.

Pero en la tan polarizada ciudad de Washington, incluso el gasto tradicional para ganar votos fue casi víctima de la intransigencia republicana, con las negociaciones anteriores que se cayeron y el ex presidente Donald Trump lanzando una campaña de última hora para socavar el apoyo de su partido al acuerdo bipartidista.

Al final, un proyecto de ley de 2 mil 700 páginas que promete miles de puestos de trabajo en el sector de la construcción a los votantes en casa fue demasiado para que la mayoría de los políticos experimentados de cualquiera de los partidos lo dejaran pasar. Un total de 19 republicanos, entre ellos el líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell, se unieron a todos los demócratas en la cámara alta para apoyar el paquete de infraestructura más grande en más de una década.

Aún así, el enorme paquete —que ahora se dirige a la Cámara de Representantes donde es probable que se aborde a finales de este año— no se ajusta a los planes de gasto originales y tan ambiciosos del presidente Joe Biden.

Infraestructura humana

Los republicanos presionaron durante meses un proyecto de ley centrado en proyectos de infraestructura “física” o tangible, como carreteras, puentes y túneles, en lugar de servicios sociales y otras disposiciones que los demócratas etiquetaron como infraestructura “humana”.

El paquete de 1 billón de dólares aprobado por el Senado esta semana incluye alrededor de 550 mil millones de dólares (mdd) en nuevos gastos federales que se distribuirán durante los próximos cinco años; el resto proviene de fondos que normalmente se asignarían anualmente. Aunque es una cantidad sin precedentes de inversión en infraestructura del gobierno, también palidece en comparación con los 2.3 billones de dólares en nuevos gastos propuestos originalmente por la Casa Blanca.

La mayor parte del gasto —110 mil mdd— se destina a proyectos duros (físicos) como carreteras y puentes. Otros 66 mil mdd se asignan a ferrocarriles de carga y pasajeros, incluido Amtrak, la red ferroviaria nacional en la que viajaba Biden para ir al trabajo cuando lo llevaba a diario de Delaware a Washington cuando era senador.

En virtud del proyecto de ley, los sistemas de transporte público recibirían 39 mil mdd en financiamiento, mientras que los aeropuertos alrededor de 20 mil mdd en fondos para mejorar las pistas de aterrizaje y las terminales, así como 5 mil mdd para el control del tráfico aéreo. Los puertos y las vías fluviales recibirían 17 mil mdd, mientras que 15 mil mdd se invertirían en infraestructura para respaldar la carga y la adquisición de vehículos eléctricos.

En gastos no relacionados con el transporte, un monto considerable de 73 mil mdd se gastarían en mejorar la red eléctrica del país, mientras que 65 mil mdd se asignarían a los estados para mejorar el acceso a la banda ancha. Un adicional de 55 mil mdd se destina para mejorar el acceso al agua potable, incluso en ciudades y áreas rurales que enfrentan la contaminación por plomo.

¿Cómo se pagará?

Los partidarios del proyecto de ley en el Capitolio insisten en que no aumentará el déficit nacional a través de una combinación de medidas, incluyendo darle un nuevo uso a más de 200 mil mdd de dinero de ayuda contra el covid-19 que no se gastó. También se basará en una serie de otras medidas más pequeñas, incluyendo el retraso de los reembolsos de Medicare que se espera ahorren otros 50 mil mdd, pero lo que es más importante, no aumentarán los impuestos.

Se proyecta que se ahorren 50 mil mdd más de algunos estados que devuelven fondos federales no utilizados que originalmente estaban destinados al seguro de desempleo.


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