La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) alertaron que debido a la crisis derivada de la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2, el desempleo en América Latina y el Caribe en 2020 afectará a 37.7 millones de personas, casi 12 millones más que el registro de 2019.
En videoconferencia para presentar el documento “El trabajo en tiempos de pandemia: desafíos frente a la enfermedad del covid-19”, la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, indicó que estas cifras fueron estimadas con base en un escenario optimista, pero los resultados pueden ser peores.
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Bárcena señaló que es muy difícil hablar del tiempo que se llevará recuperar el número de empleos perdidos, en una incertidumbre como el que se vive, pues el covid-19 está expandiéndose, por lo que recuperar empleos es una tarea que está relacionada con el Producto Interno Bruto (PIB) y lo más probable es que sea un proceso muy lento.
El director regional de la OIT para América Latina y el Caribe, Vinicius Pinheiro, agregó que apuntalar la relación laboral con los empleadores es fundamental, al igual que la capacitación, la construcción de talentos y el desarrollo de competencias.
Bárcena destacó que la caída de 5.3 por ciento esperada para el PIB de la región en 2020 llevará que las tasas de pobreza y pobreza extrema aumenten, de 186 a 214 millones y de 67 a 83 millones, respectivamente.
Puntualizó que 23.8 millones de personas que pertenecen a estratos bajos no pobres caerán en pobreza y 16.7 millones de personas de estratos medios-bajos pasarán a pertenecer a estratos bajos.
Explicó que la pandemia del covid-19 ha generado fuertes impactos en el mercado de trabajo, pues en el trabajo formal hay reducción de horas, caída de salarios y despidos, mientras que en el trabajo informal se ha registrado una caída del empleo por distanciamiento y prohibición de circulación y menor acceso a compensaciones de ingreso.
La secretaria ejecutiva de la Cepal resaltó que las mujeres trabajadoras son más vulnerables, al tener mayor participación en el sector informal y menores salarios, al tiempo que los sectores intensivos en mano de obra tienen mayores impactos, tales como el turismo, comercio, manufacturas, inmobiliario y de entretenimiento.
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Esto en un contexto donde las micro y pequeñas empresas concentran 46.6 por ciento del total del empleo en la región y tienen alto riesgo de experimentar quiebras.
En este entorno, se propone establecer un ingreso básico de emergencia durante seis meses para satisfacer necesidades y sostener el consumo de los hogares, esto basado en un gasto adicional de 2.1 por ciento del Producto interno Bruto (PIB) para abarcar a todas las personas que se encontrarán en situación de pobreza.
GGA