La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) advirtió que debido al gasto que los gobiernos tuvieron que hacer para enfrentar la crisis del covid-19, en 2020 el gasto en protección ambiental en la región disminuyó, por lo que propuso crear un fondo de resiliencia por 7 mil millones de dólares.
La secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, refirió que el esfuerzo fiscal de los países de la región para la recuperación del covid-19 tiene contrapartidas muy negativas, pues entre 2016 y 2019 el gasto en protección ambiental en América Latina y el Caribe promediaba únicamente 0.4 por ciento del desembolso del gobierno central y en 2020 se redujo a sólo 0.2 por ciento, y la adaptación es urgente, con base en el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas.
“En la Cepal estamos proponiendo la creación de un Fondo de Resiliencia del Caribe que atienda las necesidades de esa región. Tenemos una propuesta para que este fondo se financie en parte con un alivio de 7 mil millones de dólares, que representan 12 por ciento del total de su deuda externa. Se puede hacer, se debe hacer, y se deben desarrollar instrumentos similares para Centroamérica y Sudamérica”, afirmó.
Durante el lanzamiento del Reporte del Estado del Clima en América Latina y el Caribe 2020, elaborado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), recordó que América Latina y el Caribe genera apenas 8.3 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global, pero es altamente vulnerable a su impacto.
Precisó que en los últimos 30 años el número de desastres naturales se triplicó en el Caribe y las pérdidas económicas asociadas se quintuplicaron. Por ejemplo, la destrucción causada por los huracanes Irma y María en 2017 resultó en pérdidas equivalentes a 250 por ciento del producto interno bruto (PIB) en países como República Dominica.
La alta funcionaria subrayó que uno de los efectos inesperados del cambio climático, cuya solución es multilateral, es la rebaja de la calificación de riesgo por parte de las agencias calificadoras, que consideran que la vulnerabilidad climática es un criterio para rebajar la calificación, pues esto tiene consecuencias gravísimas porque aumenta injustamente el costo de la deuda soberana y el pago de intereses para los países en desarrollo que son altamente vulnerables al cambio climático.
Ante este escenario, señaló que los paquetes de estímulo para una reactivación económica post covid podrían ser una oportunidad para alentar las inversiones en sectores con bajas emisiones de carbono y en la promoción de la bioeconomía, más resiliente ante los impactos del cambio climático.
srgs