La pandemia por el covid-19, que en el último año ha golpeado al país, evidenció las brechas que en términos de acceso al trabajo y de la cantidad de empleos disponibles por género dejan en condición vulnerable a las mujeres, quienes incluso antes de las restricciones implementadas por la Secretaría de Salud, ya eran propensas a ser una mano de obra subutilizada en mayor proporción a sus pares hombres.
Jesús González Cárdenas, secretario general del Comité Ejecutivo Nacional de la Federación Nacional de Sindicatos Independientes (FNSI), indicó que la precarización y falta de oportunidades para las mujeres constituyen un lastre que impide el crecimiento del sexo femenino en el mercado laboral.
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De acuerdo con el Banco Mundial, en México se estima que la brecha de género le genera al país un costo del 25 por ciento del ingreso per cápita, refirió el dirigente sindical.
Antes de la pandemia, México se ubicaba en el puesto 124 de 153 en oportunidades económicas para las mujeres (según datos del Foro Económico Mundial, 2019).
Mencionó que la amenaza de la precarización del trabajo y el debilitamiento a los derechos laborales crecen en diversas partes del mundo, un fenómeno amplificado por el fuerte golpe a la economía que ha representado el tsunami llamado covid-19.
De esta manera, la reforma laboral, en marcha, pone sobre la mesa la discusión respecto a la urgencia de hacer de la igualdad y la equidad entre hombre y mujeres una regla y no una excepción.
Refirió que antes de la pandemia, se advertían algunos progresos del sector femenino, pero a decir de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) el covid-19 podría generar un retroceso de décadas en los avances de los derechos de las mujeres a un trabajo decente y bien remunerado.
En México, señaló, alrededor de 24 millones de empleos (44% de la población ocupada) fueron afectados por la pandemia. Más del 50% del empleo de las mujeres se vio en esta situación que aún prevalecerá por lo menos durante el 2021.
Para el líder sindical, la equidad de género debe sustentarse en leyes y normativas que favorezcan la inclusión de la mujer, pero que también garanticen los derechos laborales entre mujeres y hombres.