Con tacos de bistec, cochinita pibil y tinga de pollo, así como costillitas en salsa verde, Soledad Ornelas abrió su primer restaurante de comida mexicana en el extranjero hace cuatro años en Madrid, España.
Su objetivo era claro: llevar los sabores del país a los paladares europeos. Ornelas invirtió para cumplir su sueño un capital cercano a los 200 mil dólares, con los cuales, además de permitirle la preparación de alimentos en el establecimiento, pudo comenzar a comercializar productos envasados al vacío, como salsas, tortillas, y todo lo necesario para hacer una taquiza en casa.
Consideró al viejo continente como un lugar idóneo para abrir un negocio similar, por las características emblemáticas de la comida mexicana y la popularidad que tienen en esta región, pero los impuestos, los permisos y el cumplimiento de las normas sanitarias, así como el obtener los ingredientes necesarios, fueron importantes obstáculos.
“Si tú quieres poner una taquería va a ser imposible que sea igual que en México, porque necesitas ciertos aparatos en tu cocina que no imaginas que cuestan tan caros, como temporizadores que hacen que tus alimentos cambien de una temperatura a otra, hornos especiales, es una serie de requerimientos que van elevando los costos, sin contar los impuestos tan caros”, aseveró.
Para emprender un restaurante, “fondita” o “changarro” de comida en la eurozona estima que el gasto podría oscilar entre los 80 mil y 220 mil dólares.
- Te recomendamos Ésta es la moneda de $1 con error de acuñación que se vende en más de 50 mil pesos en la web Negocios
Travesías culinarias
En 2007, el escritor estadunidense David Lida viajó a Polonia con el fin de conocer el lugar en el que nació su madre. El narrador relata en su obra La fantasía de la comida mexicana que una de las cosas que más le asombraron en su travesía fue encontrarse con una gran cantidad de restaurantes de comida mexicana, principalmente en Cracovia. Pero hoy se extiende incluso a Zambia, Arabia o Japón.
Lo cierto es que, menciona, tal como sucedió en el mercado norteamericano, la comida mexicana pasó del imaginario fílmico a ser realidad en lugares recónditos e inimaginables incluso para la propia población de ese país.
Aunque la popularidad de las preparaciones nacionales inició en la época colonial, en los últimos años se abrió paso entre los chefs y comensales quienes en una suerte de oferta y demanda extendieron su cultura y las maneras de hacer negocio.
Pero el camino para los representantes gastronómicos no es fácil, pues abrir un restaurante fuera de México les resulta en una serie de trámites y adaptaciones que son prácticamente una odisea culinaria.
Ricardo Quiroz es otro mexicano que decidió salir de las fronteras. Pese a que trabajaba en Estados Unidos desde 2017, perdió su empleo por los impactos económicos de la pandemia y decidió emprender. En la actualidad, tiene una panadería, enfocada principalmente en conchas, en Miami.
Quiroz forma parte de Cocineros MX por el Mundo, una red presente en más de 100 países a través de más de 609 mexicanos expatriados que se rehúsan a abandonar la gastronomía tradicional de su país de origen.
Un mundo de trámites
Abrir un restaurante en mercados como España contempla impuestos municipales que, dependiendo del ayuntamiento, podría consultar la elaboración de un proyecto técnico, solicitud o el certificado de licencia de obras y apertura, así como un permiso para el uso de vía pública, en caso de que la ubicación contemple terraza.
El mercado también solicita requisitos como un certificado para manipulación de alimentos, autorización sanitaria, inscripción en el registro de empresas y para actividades locales del departamento de industria y comercio, además de un seguro de responsabilidad civil.
Dentro del inmueble es preciso hacer uso de procesadores de alimentos, refrigeradores y otros aparatos que contemplen un ruido bajo, para lo cual existen reglamentos técnicos específicos.
Los requerimientos son distintos a lo que se pide en México para poner una taquería, que para su implementación formal requiere darse de alta en Hacienda, contar con el permiso de suelo para uso comercial, declaración de apertura, licencia sanitaria, así como un permiso para la venta de bebidas alcohólicas o anuncios en el exterior, de ser el caso.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) señala que en el país existen 122 mil 757 negocios dedicados a vender tacos y tortas, aunque la mayoría no se encuentra dentro de la formalidad.
Los datos de la red Cocineros MX por el Mundo apuntan que para abrir un negocio de comida mexicana en Estados Unidos o Canadá la inversión oscila entre 70 mil a 200 mil dólares, países que tienen como ventajas una mayor accesibilidad de ingredientes, pero trámites medianamente complicados; solo Estados Unidos es el país con más negocios de este tipo.
Para la región de Centroamérica, la facilidad para conseguir ingredientes para los platillos es el principal punto a favor, panorama que para Sudamérica se vuelve un poco más complicado. Ambas zonas requieren una inversión inicial entre 30 mil a 100 mil dólares.
El regiomontano Juan Eduardo Barrera decidió incursionar en otras latitudes, pues a través de una taquería, conquista paladares en Dongguan, China. Fernando Quiroz, otro mexicano que decidió emigrar a esa nación asiática, cuenta con una cocina central de productos mexicanos para pequeños restaurantes que quieren vender platillos como carnitas o guacamole. Soledad Ornelas se suma al listado, con un restaurante en Dubái.
Las condiciones para iniciar uno de estos negocios en cada continente y país son diferentes. En Asia, en países como China, Japón y Emiratos Árabes son las naciones donde se requiere una mayor inversión para abrir un negocio de comida, no obstante, también son naciones de gran demanda por preparaciones mexicanas.
Para la importación de ingredientes, China y Japón figuran como aquellos con los precios más elevados, y en Emiratos Árabes hay una mayor accesibilidad. Aunado a ello, Ornelas consideró Dubái como “el país de las oportunidades” para este tipo de inversiones, al tener una carga de impuestos baja. La inversión estimada para el continente oscila entre los 70 y 300 mil dólares.
Un taco de oro
Soledad Ornelas es CEO de Cocineros MX por el Mundo, firma que organiza los premios Taco de Oro, que se celebrarán el próximo 6 de abril en Dubái y que busca galardonar la tradicional comida mexicana desde cualquier lugar del mundo, con motivo de una mayor popularidad de la gastronomía nacional.
Actualmente Ornelas se encuentra evaluando la posibilidad de abrir un nuevo establecimiento en Sudáfrica, región donde se considera que la inversión inicial podría ser entre 30 mil y 120 mil dólares, en donde si bien resulta más económico, existe dificultad al importar ingredientes y al momento de realizar trámites para emprender.
Con birria en Bielorrusia y tamales estilo Jalisco en Alaska, la comida mexicana le da la vuelta al mundo y ahora está exaltando su presencia. Así como las condiciones, ventajas y retos para cada país y continente varían, en donde, además de los impuestos y las normas sanitarias, destacan las complicaciones para obtener ingredientes frescos, como chiles.
La información de Cocineros MX por el Mundo apunta que la mayoría de los emprendimientos de estos negocios se hacen con capitales propios, no obstante, una vez iniciado el negocio, gran parte busca nuevos inversionistas y se consiguen con éxito.
Potencial global
“En Europa suben mucho los costos y puede ser súper variable, pero no abres con menos de 80 mil euros un restaurante pequeño, además; las rentas son elevadas y la mano de obra es más cara. En contraste, en lugares como Dubái, los impuestos son bajos o no hay para quienes recién empiezan. Es un país hermoso para emprender y tiene ciertos requerimientos que tienen que cumplirse. Para un mexicano llegar y ver que tienes que cumplir con tantas cosas y es tan caro, tienes que conseguir ingredientes mexicanos, que es un gasto recurrente y esos hay que importarlos”, indicó Ornelas.
Aunque el camino es largo, el negocio, afirman, sigue siendo atractivo. El año pasado Taste Atlas publicó una lista de 100 platillos más famosos del mundo, en el que 10 eran mexicanos: tacos, tortilla, nachos, burritos, tamales, quesadillas, guacamole, mole, barbacoa y tortas representaban los guisos nacionales.
Statista señala que en Estados Unidos la penetración de la gastronomía mexicana es de alrededor de 86 por ciento; en Filipinas, de 85 por ciento; Noruega, 84 por ciento; mientras en países como Tailandia y Japón es más de 50 por ciento.
En Europa, la cocina mexicana se popularizó principalmente en España, Francia, Italia, Alemania y Holanda, donde encontrar insumos y maquinarias es más fáciles; sin embargo, los trámites y gestiones ligados a lineamientos estrictos e impuestos altos hace que el monto de implementación para los empresarios se encuentre entre 80 y 220 mil dólares.
La chef mexicana sostuvo que uno de los grandes temas que enfrenta el sector fuera del país sigue siendo la importación de algunos insumos, aunque en años recientes algunos agricultores de países como Francia comenzaron a sembrar nopales, maíz, chile, tomatillo y otras frutas y vegetales para distribuir en el mercado europeo, lo que ayuda a la industria.
Se está normalizando tanto el consumo mexicano, al punto de que hay necesidad y demanda para ese mercado.
El gremio restaurantero creció muchísimo en los últimos tres años y eso se está expandiendo y buscar una oportunidad en el extranjero es una opción que muchos mexicanos puedan sentir como una esperanza de mejor vida.
“Hace 10 años no encontrabas nada en los supermercados europeos y cada vez encuentras más oferta”, concluyó.
AMP