Tendrá 32 años y 38 días en la fecha de la ceremonia, aproximadamente 222 días menos que Norman Taurog cuando se llevó el mismo premio por Skippy en 1931. La La Land, estelarizada por Emma Stone y Ryan Gosling, ya igualó el récord que establecieron La Malvada (All About Eve) y Titanic después de lograr 14 nominaciones para los premios Oscar.
Es una gran favorita para este año después del éxito que logró en los Globos de oro. ¿Su joven director podrá unirse a las filas de los grandes de Hollywood? Si lo hace, no será una gran sorpresa para quienes vieron cómo evolucionó su interés por el cine, el cual quedó claro desde muy chico, según su padre, Bernard Chazelle, profesor de informática de la Universidad de Princeton.
“Desde la primera vez que vio la pantalla del televisor y vio una película de animación de Disney, se obsesionó”, dijo. Esos eran los días de las videocaseteras, y Cenicienta y La Bella y la Bestia de Disney fueron sus primeras películas favoritas. “Veía la película, la regresaba y la veía 10 veces”. Su hijo “nunca se desvió de esa pasión”, así que era fácil comprarle regalos. “Siempre supe que le podía comprar películas o libros sobre películas”.
Cuando era un niño, el cine era su máxima pasión, pero también se interesó por la música. “Quería hacer cine y la música fue una desviación”, dijo en una ocasión a la revista Interview. Fue baterista en su preparatoria, que manejaba un respetado programa de música. “La batería, que al principio solo era una afición, rápidamente se convirtió en un estilo de vida absoluto, una obsesión absoluta, un terror total”.
Esta experiencia inspiró Whiplash: Música y obsesión, su aclamada película de 2014 sobre un motivado joven baterista de jazz y el exigente profesor que lo impulsa. Es una pieza en gran parte autobiográfica y el papel que interpretó JK Simmons, quien ganó como mejor actor secundario en los premios Oscar, se basa ligeramente en el propio profesor de música de Chazelle. El camino a la producción no fue fácil, y recaudar el dinero suficiente para una película que realizaría un director novato resultó ser difícil.
En 2012, el guión de Whiplash llegó a entrar en The Black List, una encuesta anual sobre los guiones con mayor demanda y que todavía no se producen, y aumentó el interés en él cuando Chazelle convirtió 17 páginas del mismo en un cortometraje. El cortometraje ganó un premio en el festival de cine de Sundance; al año siguiente, la versión en largometraje de Whiplash se estrenó en Sundance, donde ganó dos premios más.
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Chazelle admite que es tímido. “Encontré la forma de no quedar demasiado expuesto”, dijo recientemente a The Hollywood Reporter. “Solía tocar batería... pero el asunto de tocar me daba demasiado pánico escénico, incluso cuando estaba oculto detrás del kit... así que me escondí detrás de la cámara”.
Sus dos padres son académicos: Celia es profesora de historia en The College Of New Jersey, mientras que su hermana es actriz. Su familia vivió en Princeton, Nueva Jersey, y después de terminar la preparatoria asistió a Harvard, donde completó su carrera en estudios visuales y ambientales y también conoció a su esposa, Jasmine McGlade, aunque la pareja se divorció el año pasado.
La tesis de Chazelle en Harvard fue Guy and Madeline on a Park Bench, un musical en blanco y negro que hizo con su amigo, Justin Hurwitz, su colaborador musical en La La Land. Con su enfoque en el jazz, la ambición y las relaciones, la película dejó su aroma en su trabajo posterior y serviría como plantilla para La La Land.
Después de la graduación, él y Hurwitz se mudaron a Los Ángeles para entrar en la industria cinematográfica. “Los primeros años fueron muy difíciles y realmente batalló”, dice su padre. Se mantuvo a flote escribiendo guías de estudio para una editorial, pero también siguió escribiendo guiones. “Siempre fue muy independiente y nunca pidió ayuda financiera”. Su persistencia rindió frutos: reescribió un par de películas de terror y es uno de los escritores que recibieron crédito por la película de El último exorcismo parte 2.
Chazelle escribió La La Land en 2010, pero no generó interés. Le recomendaron convertir al personaje del pianista de jazz que interpreta Ryan Gosling en un músico de rock para hacer que el proyecto fuera más viable comercialmente, pero afortunadamente se resistió. Después escribió Whiplash. La producción solamente costó 3.3 millones de dólares y cuando obtuvo tres premios Oscar, por edición, mezcla de sonido y mejor actor de reparto, de repente tuvo una tarjeta de presentación.
Con sus audaces colores y números musicales coreografiados, La La Land recuerda los musicales de la era de oro de Hollywood, como Cantando bajo la lluvia, pero también tiene guiños a piezas más recientes, como el musical francés de 1964 Los Paraguas de Cherburgo.
Al igual que Whiplash, también en parte es autobiográfica porque Chazelle, al igual que los personajes principales de La La Land, tiene una ambición inquebrantable. “Siempre lo presionamos para que tome unas vacaciones, pero es difícil porque siempre quiere trabajar”, dice su padre. Cuando las estrellas se reúnan en Hollywood a finales de este mes para la ceremonia 89 de los Premios de la Academia, sabremos si todo ese trabajo realmente rindió frutos.