Desempleo, el otro costo del VIH que se estima en 20 mdd

Defunciones. La mayor incidencia de mortalidad se observa entre personas que se acercan a los 40 años, edad en la cual los trabajadores normalmente están en el mejor momento de su vida productiva.

Fuerza laboral que sufre el mal.
Miriam Castro
Ciudad de México /

Un año fue lo que tardó Alan en recuperar su vida después de haber librado la muerte a causa del Sida (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida), la fase más avanzada de la infección por el VIH (virus de inmunodeficiencia humana). Un día de marzo de 2010,  él fue uno de los muchos pacientes que ingresaron de emergencia al área de infectología del Centro Médico Nacional Siglo XXI, pero fue de los pocos que salieron de ahí por su propio pie.

Un tipo de 1.75 metros y risa escandalosa perdió casi la mitad de su peso, pero también su casa y la mayoría de sus pertenencias a causa del desempleo en el que quedó mientras se recuperaba de esta enfermedad.  

Además del sufrimiento humano, el VIH y el sida causan miles de millones de dólares en pérdidas de ingresos, en gran parte como resultado de la muerte de cientos de miles de trabajadores.

De acuerdo con el estudio El impacto del VIH y el sida en el mundo del trabajo: Estimaciones mundiales, elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en colaboración con Onusida, las pérdidas de ingresos atribuibles al Sida —resultado del fallecimiento o de la incapacidad de trabajar— muestran un descenso sustancial desde 2005, cuando alcanzaron 17 mil millones de dólares (mdd), pero todavía alcanzarán 7 mil 200 mdd en 2020.

Solo en México, para 2020 se prevé que se perderán cerca de 20 millones de dólares debido a muertes y retiros de la fuerza laboral atribuibles al sida, cifra inferior en 10 millones a lo registrado en 2015 y 25 millones menos que en 2010.

Cifras de la OIT registran que en 2005 había 126 mil 160 personas con VIH en la fuerza laboral del país, cifra que aumentará a 190 mil 465 en 2020.

Lo anterior se debe a que en el país han aumentado en uno por ciento las nuevas infecciones, de acuerdo con el tercer informe de progreso de la Implementación de la hoja de ruta de prevención del VIH de las Naciones Unidas, publicado en octubre pasado. De acuerdo con éste, entre 2010 y 2018 los países donde más aumentaron los contagios fueron: Pakistán (56 por ciento), Nigeria (8 por ciento), Angola (7 por ciento) y México (1 por ciento).

“En México, las nuevas infecciones por VIH permanecen estables, y no se ha hecho ningún progreso hacia el logro de los objetivos de 2020. El progreso actual es lento debido a los cambios en las políticas del gobierno mexicano”, señala el informe.

Para la OIT y Onusida la mayor incidencia de mortalidad se observa entre los trabajadores que se acercan a los 40 años, edad en la cual normalmente están en el mejor momento de su vida productiva.

El objetivo de ambos organismos es que las defunciones por esta causa disminuyan a 425 mil en 2020, frente a 1.30 millones que perecieron en 2005. La clave: prevención y tratamiento adecuado.

El número de trabajadores que viven con el VIH total o parcialmente incapaces de trabajar se ha reducido de forma considerable desde 2005, y esta tendencia debería continuar. Se estima que el número total de personas totalmente incapaces de trabajar debería disminuir a 40 mil en 2020 en relación al nivel de 2005 que fue de alrededor de 350 mil, un descenso de 85 por ciento para los hombres y 93 por ciento para las mujeres. En México la estimación es que la cifra pase se reduzca a uno.

De acuerdo con un análisis publicado en Harvard Business Review, el VIH tiene un impacto devastador en las economías en desarrollo porque mata a adultos jóvenes y de mediana edad en sus años más productivos como empleados y clientes. Como resultado, la epidemia aumenta los costos laborales de las empresas y disminuye las tasas de crecimiento en muchas economías. 

La enfermedad no solo aumenta los costos de atención médica sino que también reduce la productividad durante años, no semanas o meses como lo hacen otras enfermedades. Por ejemplo, en países como Zambia y Congo el aumento del ausentismo y la mayor rotación de empleados debido al VIH / Sida han obligado a las empresas a emplear y capacitar a más personas de lo habitual.

"Por ejemplo, los gerentes de empresas invierten en capacitar a cada trabajador para manejar dos o tres tareas, o contratan a dos o tres trabajadores para cada trabajo con la expectativa de que al menos uno muera".

Según el informe Sida e Impacto Macroeconómico, del Instituto de Análisis de Desarrollo de Botswana, esta enfermedad podría reducir las tasas de crecimiento del PIB en un 0.5 a 2.6 por ciento al año en varios países africanos.

A escala global, los países de la coalición global para la prevención del VIH -integrada por los 28 países con mayor porcentaje de adultos contagiados con el virus- reportaron que las nuevas infecciones entre adultos han descendido una media de 17 por ciento desde 2010, cifra ligeramente superior al descenso global del 13 por ciento, pero muy inferior a la reducción de 60 por ciento necesaria en 2018 para cumplir los objetivos globales relacionados con la prevención de esta enfermedad.

Los 28 países de la coalición sumaron 1.2 millones nuevas infecciones por VIH entre adultos en 2018, lo que representó 75 por ciento de todas las nuevas infecciones por dicha enfermedad a escala mundial.


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