Después de que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) denunció ante la Fiscalía General de la República (FGR) a la cantante Gloria Trevi y a su esposo, Armando Gómez Martínez, y otras cuatro personas por lavado de dinero y evasión fiscal, podrían ser sujetos a una pena que podría alcanzar hasta 15 años de prisión; en opinión de especialistas fiscales, acciones como ésta podrían propiciar que los contribuyentes cumplan con sus obligaciones fiscales.
“Estos casos siempre son atractivos porque son capaces de generar conciencia frente el resto de la población, muchas otras personas se pueden ver identificadas con el mismo tipo de ilícitos y así causa el cumplimiento espontáneo en muchos contribuyentes”, dijo a MILENIO, el socio de la Práctica Fiscal de Holland & Knight, Eugenio Grageda.
Puntualizó que la pena por defraudación fiscal va de tres meses a nueve años, y por operaciones con recursos de procedencia ilícita (lavado de dinero), de cinco a 15 años.
El fiscalista explicó que no hay métricas que se hayan seguido después de que un personaje famoso es acusado por delitos fiscales, como sí las hay en Estados Unidos, pero en casos anteriores, como el que sucedió con los casos denominados Panama Papers o Bahamas Leaks, que si bien son casos diferentes a la denuncia de Gloria Trevi, sí se ha generado un cumplimiento voluntario de contribuyentes y una mayor recaudación.
Aclaró que el hecho de que se detenga a un personaje famoso no implica una estrategia de las autoridades para elevar la recaudación, pero sí propicia que los contribuyentes cumplan con sus obligaciones fiscales y, en consecuencia, eso eleva el pago de impuestos.
Mayor fiscalización
En este contexto, Eugenio Grageda apuntó que sí se está viendo un efecto péndulo en el trato que las autoridades han tenido frente a los contribuyentes, pues ya no hay “buena fe” por parte de las autoridades para tratar de solucionar y no mermar la operación de empresas que quizá estén completamente en regla, ya que la idea del Servicio de Administración Tributaria (SAT) que evitar cualquier tipo de actividades ilícitas.
Abundó en que mucha de la recaudación que se ha generado deriva de las actividades de fiscalización, pues hay un mayor número de herramientas, tanto a nivel nacional, como internacional, gracias a acuerdos globales que propician el envío de información, lo que ha hecho que el SAT tenga más mecanismos de fiscalización.
“Tener dinero en el extranjero no es delito, el delito no es declarar los ingresos que correspondan en México o efectuar operaciones a través de las cuales se trate de limpiar o esconder, a través de empresas fantasma u otras simulaciones, recursos que no han pagado impuestos o que provienen de actividades ilícitas”, aseveró el socio de la Práctica Fiscal de Holland & Knight.
AMP