Durante una conferencia con analistas, el miércoles pasado, el director financiero, James von Moltke, dijo que la planeación interna del banco implicaba que “los gastos deben ser más bajos, sustancialmente más bajos que los 21,000 millones de euros (mde) para 2021.”
En verano, el banco dejó de repetir su objetivo de 21,000 mde, lo que generó preocupación de que se abandonaría. Von Moltke explicó que Deutsche lo hizo porque, después del próximo año, quiere centrarse en su relación costo-ingreso y no en el gasto absoluto.
En octubre, el banco confirmó que se encaminaba a reducir los costos este año en 900 mde para llegar a 23,000 mde, y recortar otros 1,000 mde el próximo año.
En promedio, los analistas esperan que Deutsche cumpla con sus objetivos de costos este año y el próximo, pero pronostican que los gastos sin intereses serán de aproximadamente 21,600 mde en 2020.
A principios de este año, Deutsche asustó a los inversores al admitir que los costos serían 1,000 mde más altos de lo previsto. No lograr el objetivo fue uno de los factores que llevaron a la dimisión del director ejecutivo, John Cryan, en abril pasado.
Bajo el nuevo director ejecutivo, Christian Sewing, Deutsche hizo un recorte de 2,300 empleos y quiere eliminar otros 4,700 para finales de 2019, con el objetivo de que su plantilla total sea inferior a 90,000 trabajadores.
En los primeros nueve meses de 2018, los ingresos de banca corporativa y de inversión de Deutsche cayeron 9% año con año, mientras que sus costos subieron 1%, lo que provocó una caída de 54% en las utilidades antes de impuestos. Los analistas actualmente predicen una relación costo-ingreso de 84.3% en 2020.