Para los nahuas de Cuacuila, Puebla, sus difuntos son antepasados que los protegen y median ante las divinidades para que la comunidad viva con bienestar, por lo que el Día de Muertos es una fiesta que simboliza la presencia, compañía y protección. Ésta es solo una forma de celebración, pues cada rincón del país tiene su peculiar manera de hacerlo; sin embargo, en cada una no pueden faltar elementos básicos como flores, veladoras, pan de muerto y calaveritas de azúcar, los cuales representan una poderosa industria que genera cada año alrededor de 17 mil millones de pesos.
Uno de los motores más importantes de esta derrama es el cempasúchil, flor que se cree es la luz que los vivos ponen a los muertos, cuyos pétalos huelen al hogar terrenal del que se han despedido y su color amarillo febril alberga la fuerza de los abrazos que ya no podrán dar.
No es común una ofrenda sin cempasúchil, y es más que un elemento representativo para muchas familias mexicanas. Según datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), durante esta temporada se espera que el volumen de cosecha de dicha flor alcance las 17 mil 70 toneladas, un alza anual de 50 por ciento.
Según la dependencia, Puebla es el principal productor de cempasúchil, con tres cuartas partes. Sin embargo, uno de los lugares más tradicionales donde se puede encontrar la flor de 20 pétalos es el sur de Ciudad de México, específicamente en las tierras chinamperas de Xochimilco.
Ahí, diversos productores de la zona lacustre de la delegación se empeñan en hacer de este componente uno de sus mayores ingresos de la temporada, como la familia Santana Castro, quienes esta temporada destinó 30 por ciento de la superficie chinampera para cosechar esta flor.
“Este año la demanda ha aumentado y nuestra apuesta ha sido la flor de ornato, que es de un tamaño más pequeño al que la gente está acostumbrada”, dice Susana Castro, dueña de chinampas en la zona de Caltongo y productora de la cosecha de la flor de cempasúchil.
Castro estimó que para este año la producción familiar fue de al menos 10 mil 500 plantas, que siguen siendo puestas a la venta, dicha cosecha generá ganancias por alrededor de 45 mil 500 pesos, monto que representa uno de los principales ingresos para su economía en los últimos cuatro meses del año.
Castro acentuó la reciente demanda por la flor, y dijo que en comparación con 2017, la venta fue más precipitada de lo usual, e incluso su temporada alta de ventas se adelantó 15 días.
En ese sentido, Castro señaló que la apuesta familiar por la producción y cultivo de flores de ornato no es un caso atípico, ya que esa ha sido una constante que se seguirá extendiendo.
Delicia al paladar
Oraciones, procesiones y gastronomía tradicional son parte de lo que por años ha acompañado la celebración del Día de Muertos. El pan representativo de la temporada es uno de los elementos indispensables en cualquier altar.
En entrevista, Carlos Otegi, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Panificadora (Canaimpa), señaló que las fiestas decembrinas, Día de Reyes y Día de Muertos son las festividades más fuertes para el sector.
En México, el pan genera ingresos superiores a los 100 mil pesos al año, cantidad a la que el pan de muerto aporta aproximadamente 1 por ciento; en esta temporada, las ventas aumentan entre 40 y 50 por ciento.
Otegi destacó que los panaderos han desarrollado innovaciones en sabor y variedad, por lo que se puede encontrar los tradicionales de azar, naranja y mantequilla, pero también los rellenos de nata, crema pastelera, cajeta con nuez y crema de avellana.
Los principales estados consumidores son Michoacán, Puebla, Jalisco y el área metropolitana, donde está más arraigada la tradición.
En 2017 —durante la temporada— las ventas por pan de muerto ascendieron a mil 500 millones de pesos; y para este año la Canaimpa espera un incremento de 4 por ciento.
Los canales de venta principalmente son las panaderías tradicionales y los centros comerciales. “Las exportaciones son a Estados Unidos por el mercado nostálgico que representa”, aseguró.
Cada productor pone el precio, que puede variar dependiendo la calidad y zona, pero va de 9 a 100 pesos.
Alfeñique en árabe significa frágil o delicado, pero también es la pasta de azúcar con la que se elaboran las tradicionales calaveritas.
La familia de Arturo Sánchez, proveniente de Toluca, se ha dedicado a hacer los dulces que por más de 100 años le han dado identidad a la capital mexiquense, conocida como la Feria del Alfeñique —antes Feria de todos los Santos—, donde se exponen dulces alusivos al Día de Muertos.
En entrevista, Arturo menciona que pertenece a generaciones de artesanos del dulce, las cuales se mantienen pese al paso del tiempo. “Por ejemplo, mi papá fue contador público y después de su jornada laboral siempre se daba el tiempo de preparar los dulces para la Feria del Alfeñique”.
El número de dulces que se venden en la feria varía, pero para este año, gracias a la visita de más de un millón de personas, se espera una derrama de 40 millones de pesos.
La producción comienza desde agosto y septiembre con la preparación de todos los ingredientes que llevan los dulces; la familia Sánchez se dedica principalmente a la elaboración de turrones de distintos sabores, como alicante de almendra, jijona de nuez, piñón, menta, cereza y arándanos.
Más allá de las flores, el pan de muerto y las calaveritas de azúcar, hay otro segmento: el del turismo, toda vez que la milenaria y colorida tradición mexicana atrae cada año a aproximadamente 7.5 millones de viajeros extranjeros.
Solo para Ciudad de México, el secretario de Turismo, Enrique de la Madrid, previó que la festividad genere una derrama económica de alrededor de 400 millones de pesos y una ocupación hotelera de 95 por ciento en el corredor de Reforma.
Según datos de la dependencia, en 2017 más de un millón de personas se unieron a las celebraciones; por concepto de turistas hospedados en hoteles de CdMx, la ganancia fue de 963 millones de pesos.
Durante el año pasado la venta de pan de muerto generó ingresos por 1,500 mdp y para este se espera un alza de 4%.
En Toluca se realiza la Feria del Alfeñique, donde cientos de productores de dulces se dan cita para ofrecer sus productos.
El turismo internacional es pieza fundamental, a esta celebración llegan 7.5 millones de extranjeros.
De acuerdo con la Sagarpa, este año se cosecharán 17 mil 70 toneladas de cempasúchil, un incremento anual de 50%.
Con alrededor de tres cuartas partes de la producción total nacional de la flor, Puebla es el estado más representativo.
La también llamada flor de los 20 pétalos tiene en Xochimilco, CdMx, a uno de sus lugares más tradicionales.