Hoy inician las consultas sobre la política energética de México con Estados Unidos bajo los acuerdos firmados en el T-MEC, del que dependen directamente 7.8 millones de trabajadores de ambas naciones, de acuerdo con la Oficina del Censo estadunidense (Census, por su sigla en inglés).
Arrancan con una reunión virtual entre Katherine Tai, representante comercial de Estados Unidos, y la subsecretaria de comercio exterior de la Secretaría de Economía, Luz María de la Mora.
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La solicitud de un proceso de consulta comenzó el pasado 20 de julio, cuando gobierno de Estados Unidos acusó a la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador de excluir al capital extranjero y dar preferencia los proyectos de las empresas estatales Pemex y CFE. Un argumento que también sirvió a Canadá para pedir su propio recurso de consulta hacia México.
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“Todo inició por la cancelación de permisos para importar combustibles, es algo que preocupa al país vecino del norte porque mucha de la inversión en esos proyectos viene de esa nación. A partir de ahí empezó la molestia”, explicó la asesora jurídica del sector energético, Sayonara Jarillo.
Del T-MEC dependen 7.8 millones de empleos, entre mexicanos y estadunidenses; dos terceras partes se ubican del lado de Estados Unidos, es decir 5.15 millones. Destacó que México le cerró la puerta a la inversión y a los importadores que trabajaban en el país, y la política de la soberanía energética desde Palacio Nacional, agravó la situación porque se clausuraron terminales.
En los últimos 20 años, México captó 5 mil 444.2 millones de dólares de inversión estadunidense en el sector energético, siendo el segundo país de origen de empresas que apostaron por esta industria, de acuerdo con la Secretaría de Economía.
Efecto laboral
Foto: Andrés Lobato
Si alguno de los integrantes del T-MEC quisiera salirse (algo que no está en ninguna agenda), el tratado tiene una vigencia forzosa de 16 años y contiene la cláusula Sunrise, impuesta por el ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para revisar el tratado cada cinco años y notificar por escrito su ratificación de 16 años más. Además, la salida de cualquier integrante sería catastrófica.
La mayoría de los empleos en Estados Unidos que dependen del T-MEC están en Pensilvania, Ohio, Rhode Island, Michigan, Virginia, Massachussets y Washington, donde la población latina es reducida.
La consultora Business Roundtable estima que los acuerdos comerciales de Estados Unidos con más de 100 países generan 41 millones de empleos, y 12.5 por ciento se relacionan con México.
Del lado mexicano, la dependencia hacia Estados Unidos es más notoria: hay casi 3.3 millones de trabajadores dedicados a exportar manufacturas, de los cuales 85 por ciento es hacia miembros del T-MEC.
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Guillermo García, profesor de la Universidad de Texas, explicó que los tratados tienen un capítulo de protección de inversión, por lo que siempre hay mecanismos para iniciar procesos arbitrales.
La Asociación Mexicana de la Industria Automotriz hizo un llamado a mantener el diálogo, por las oportunidades que el T-MEC brinda a las tres naciones. “El libre comercio intrarregional sostiene y refuerza una relación de trabajo colaborativo que favorece el desarrollo económico”, dicen en comunicado.
AMP